Una fiesta multicolor cargada de ritmos africanos dejó formalmente inaugurado el 19 Campeonato Mundial de Fútbol. El histórico líder nacional y Premio Nobel de la paz, Nelson Mandela, no participó porque un accidente de tránsito se cobró la vida de su pequeña bisnieta.
Por ser el primer Mundial que se juega en el continente negro, Sudáfrica – su gente, los organizadores locales del torneo – quiso dejar en claro que es AFRICA: la fiesta inaugural tuvo el típico colorido de una sociedad que pese a estar inserta en el mundo globalizado conserva, respeta y valora sus orígenes.
Con el sonido de las vuvuzelas como potente zumbido de fondo, la apertura no necesitó de fuegos artificiales ni alardes tecnológicos; sólo la simpleza del baile y los ritmos tribales de cientos – miles – de años metidos en la piel negra. El Mundial arrancó con una ceremonia donde el factor humano fue la estrella, con un despliegue inédito de colores, danzas y música alegre.
Por el impecable campo del Soccer City de Johannesburgo desfilaron todas las etnias que componen la «nación arcoiris» que siempre quisieron Mandela y Desmond Tutu: zulúes y ndebeles, hindúes, musulmanes, orientales y afrikaaners. La idea detrás de la organización fue la de mostrar un país diverso y unido por el deporte, pese a la historia fresca de violencia racial y el presente de economía tercermundista pero emergente.
El gran ausente en la fiesta del Mundial fue precisamente uno de los principales hacedores de lo que hoy es Sudáfrica. Por estas horas Nelson Mandela llora la muerte de una de sus nueve bisnietas, Zenani, de 13 años, quien falleció ayer al volcar el auto en el que viajaba. El ex presidente obtuvo el Premio Nobel de la paz (1993) por su lucha a favor de la igualdad y contra el régimen del apartheid.
Más información
www.bbc.co.uk/mundo/deportes/2010/06/100611_mundial_sudafrica_2010_previa_jmp.shtml
www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1274236
www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-147431-2010-06-12.html
