En las últimas horas el Ministerio del Interior ecuatoriano elevó a ocho el número de muertos durante los acontecimientos del jueves y cifró en 278 los heridos. El gobierno de Correa sostiene que aún está latente la amenaza desestabilizadora.
Ayer renunció el jefe de la Policía, Freddy Martínez, que pese a serle leal al presidente, reconoció no haber podido controlar a su fuerza durante la rebelión. Correa puso en su lugar a Fausto Franco, un general de distrito que se desempeñaba como director de Educación de la fuerza. Se espera que en las próximas horas se decida la suerte de otros jefes policiales y los castigos a los sublevados.
Un día después del intento de golpe de Estado contra Rafael Correa, autoridades ecuatorianas confirmaron que su produjeron al menos ocho muertes, tres en Quito (dos policías y un joven estudiante de 24 años) y cinco en Guayaquil. También el gobierno advirtió que no ha cesado la amenaza desestabilizadora.
Entre el jueves y el viernes sectores de la Policía y de las fuerzas de seguridad se autoacuartelaron y tomaron instalaciones militares y el aeropuerto de Quito. Y tuvieron confinando al presidente durante nueves horas en un hospital. Las fuerzas especiales leales al mandatario lo rescataron en una espectacular operación que incluyó el intercambio de fuego con los sublevados. El vehículo en el que se sacó al mandatario y se lo trasladó al palacio presidencial terminó con varios impactos de bala.
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www.elmundo.es/america/2010/10/01/noticias/1285970086.html
www.clarin.com/mundo/Ecuador-recupera-muertos_0_346165655.html
www.elpais.com/articulo/internacional/elpepuint/20101002elpepuint_3/Tes
