El presidente de Chile, Sebastián Piñera, le dijo a la prensa de su país que el rechazo argentino a la extradición de Galvarino Apablaza, prófugo de la Justicia trasandina, es «un retroceso para los derechos humanos» y que «no ayuda» en las relaciones con Buenos Aires.
La decisión de la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE), de darle asilo político a Apablaza – acusado del asesinato de un senador pinochetista – le llegó a Piñera el jueves, momentos antes de viajar a la cumbre de urgencia de Unasur concretada en Buenos Aires. En la capital argentina apenas si cruzó algunas palabras al respecto con la presidenta Cristina Fernández, y ya de vuelta en Chile hizo declaraciones públicas a la prensa de su país.
«Por supuesto que no comparto la decisión del gobierno argentino. Galvarino Apablaza cometió un crimen en Chile», fue lo primero que les dijo Piñera a los periodistas. Pero además sostuvo: «Siento que la decisión de la CONARE es un golpe, significa un retroceso en la causa de los derechos humanos y para la causa de la justicia en Chile (…) sin duda que esta decisión no ayuda en nada a las relaciones de Chile y Argentina».
Sergio Galvarino Apablaza era en 1991 el líder del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que ese año secuestró al hijo de un empresario periodístico y asesinó a Jaime Guzmán, fundador de la UDI y sostén del pinochetismo. A mediados de los ’90 Apablaza se radicó en Argentina, donde formó familia y vive con su mujer e hijos. En 2004 el juez Bonadio rechazó la extradición solicitada oportunamente por Chile, pero con la vuelta de la derecha a La Moneda se reactivó el reclamo. La Corte Suprema argentina habilitó el proceso de extradición semanas atrás pese a lo cual, el gobierno kirchnerista – a través de la CONARE – le otorgó el estatus de refugiado político.
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