martes 16 de abril de 2024
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Investigan si los gatos cambian el acento según el lugar adonde viven

Un gato con acento suena como un personaje de un cuento de niños extravagante, pero un grupo de científicos suecos están tratando de averiguar si los gatos domésticos realmente tienen ‘dialectos’ diferentes, en función de su ubicación geográfica.

También buscan entender si la voz del dueño podría tener un papel que desempeñar en la forma en que los gatos maúllan. Si tienen éxito, el equipo de científicos de la Universidad de Lund espera armar un «diccionario» de sonidos de gato.

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«Parece que los gatos pueden variar conscientemente su entonación o melodía en forma constante, tal vez para transmitir un determinado mensaje, quizá para alterar o aumentar la urgencia de un mensaje, o las emociones», afirma Susanne Schötz, experta en fonética y directora del proyecto.

«Queremos saber en qué medida los gatos domésticos se ven influidos por la lengua y el dialecto que los seres humanos utilizan para hablar con ellos, porque pareciera que los gatos utilizan dialectos ligeramente diferentes en los sonidos que producen.»

El proyecto, titulado ‘Meowsic’, se llevará a cabo durante los próximos cinco años. Schötz explicó que ella y su equipo utilizarán el análisis fonético para comparar los sonidos de los gatos a partir de dos lugares diferentes de Suecia (Estocolmo y Lund), con diferentes dialectos humanos, y averiguar si los gatos de estas regiones también tienen diferentes dialectos. Los científicos se centrarán en la entonación, la voz y el estilo de hablar en el lenguaje humano que se dirige a los gatos, y también en los sonidos de los gatos que se dirigen a los seres humanos.

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Si bien el estudio suena algo fantasioso, la idea principal detrás del proyecto es mejorar la relación hombre-gato. Desde su domesticación hace unos 10.000 años, los gatos y los seres humanos han aprendido a «hablar» a través de señales de audio y visuales. Incluso hoy en día, los gatos salvajes y silvestres no tienen necesidad de maullar en la edad adulta, mientras que sus homólogos domésticos maúllan como una forma de comunicarse con los seres humanos. Y mediante la comprensión de esta comunicación, Schötz y su equipo esperan impactar en la forma en la que los gatos son tratados en hospitales de animales, refugios y hogares de cuidado.

«Sabemos que los gatos varían la melodía de sus sonidos ampliamente, pero no sabemos cómo interpretar esta variación,» dijo. «Vamos a grabar vocalizaciones de alrededor de 30 a 50 gatos en diferentes situaciones, por ejemplo cuando quieren acceder a los lugares deseados, cuando están contentos, felices, hambrientos, molestos, o incluso enojados, y tratar de identificar cualquier diferencia en su patrones fonéticos. Queremos saber si los gatos prefieren el “discurso mascota” o si les gusta más que les hablen como adultos humanos.

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