¿Cansado de mirar todos los días las mismas aburridas paredes empapeladas con magnolias? Tal vez es hora de pensar en deco con taxidermia: el arte del siglo XIX de tomar una criatura muerta (tal vez una querida mascota), y rellenarla y montarla para preservar su memoria para siempre.
Estos ejemplos demuestran que el antiguo arte de la taxidermia, a veces puede salir mal. Y si estos animalitos pudieran hablar, imaginamos lo que podrían estar diciendo…:
«Ah, Kevin, gracias por darte una vuelta. ¿Una copa de vino?»
«Hey, ¿cómo andan amigos?»
«¡¿Cómo demonios pasó esto!?»
«Ya nadie me tiene miedo. ¿Pero un oso con bastón y una rendija de dinero? Eso los asustará seguro»
«Todo lo que hice fue dejar los hidratos de carbono por quince días»
«De verdad, era ASÍ de grande, y no estoy bromeando»