viernes 29 de marzo de 2024
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The Independent no ganó tiempo de lectura online al abandonar su edición impresa

Para los diarios estadounidenses, la historia de la última década no se relacionó con cierres masivos, sino más bien con reducción masiva. El ritmo al que los periódicos cierran no es muy diferente de lo que era a fines del siglo XX. En su lugar, casi todos los diarios se han vuelto más pequeños: redacciones más pequeñas, presupuestos más pequeños, tiradas más pequeñas, menos cantidad de páginas, año tras año tras año. Es una muerte lenta.

Pero la reducción tiene un límite. En el segundo trimestre de 2018, los ingresos por publicidad impresa de McClatchy cayeron un 26.4 por ciento año tras año; Gannett bajó 19.1 por ciento, y Tronc 18 por ciento. Los periódicos impresos ya no están creando nuevos suscriptores diarios, y los ya existentes se mueven a digital o cambian aleatoriamente. Incluso los medios más pro-papel dirán que, algún día, las líneas de «costo de impresión» e «ingreso de impresión» se cruzarán en la proyección de un contador, y será el momento de detener las prensas para siempre. La única pregunta es cuándo: ¿dos años? ¿Cinco? ¿Diez? ¿Treinta?

Así que una de las preguntas en las que estamos más interesados en el futuro a medio plazo es ¿qué sucederá realmente cuando los periódicos impresos empiezan a desaparecer en gran número, cuandoquiera que eso suceda? ¿Los lectores impresos se convertirán en lectores digitales? ¿Pasarán tanto tiempo consumiendo periodismo local en sus teléfonos como lo hacen en sus mesas de desayuno? ¿O su atención vagará mientras el conjunto competitivo de los lectores se amplía a, bueno, todo lo demás que Internet puede ofrecer?

Una nueva investigación de Neil Thurman y Richard Fletcher ofrece algunas ideas sobre esas preguntas. Y, aunque hay algunas advertencias clave, las noticias en general no son muy buenas. Clausurar la versión impresa no impulsa a esos lectores hacia hábitos de consumo similares en los dispositivos digitales. En cambio, se parecen mucho a otros lectores digitales: se distraen fácilmente, pasan de un enlace a otro, y son bastante alérgicos a la profundidad.

Thurman y Fletcher examinan el caso del diario The Independent, el periódico nacional británico que, luego de 30 años en versión impresa, se volvió online en el año 2016. ¿Qué pasó con su alcance e influencia? Hay muchas cosas interesantes allí, pero estas son las dos tablas clave. Primero:

Esto compara el número de británicos en la audiencia total de cada periódico nacional, en los períodos anteriores y posteriores al final de la impresión del Independent. La buena noticia es que la audiencia total del The Independent fue básicamente plana a pesar de matar la versión impresa. La cantidad de lectores impresos que perdió, y la cantidad de lectores digitales que ganó básicamente se anulan mutuamente.

Pero si miramos el vaso vacío, notaremos que «básicamente plano» también fue el peor desempeño de cualquier diario nacional británico (The Sun se deshizo de su muro de pago durante este período, por lo que es un valor atípico extraño. Pero la audiencia promedio del periódico subió alrededor del 25 por ciento). Y notaremos que el período posterior en cuestión incluye las secuelas del Brexit y la elección de Donald Trump, cada uno de los cuales alimentó un gran interés en las noticias.

Pero aquí está lo realmente importante:

El primer cuadro observaba la audiencia total: ¿Cuántas personas están consumiendo contenido del Independent en total, en cualquier medio? El segundo representa la atención total: ¿Cuánto tiempo total pasan los británicos consumiendo contenido del Independent, en cualquier medio? Y este es realmente malo.

Cuando se despidió del papel, The Independent solo tenía una tirada paga de aproximadamente 40.000 frente a 58 millones visitas únicas mensuales en la versión digital.

58 millones seguro parece mucho más que 40.000, pero Thurman y Fletcher descubrieron que esos pocos lectores impresos eran responsables del 81 por ciento de todo el tiempo dedicado a consumir contenido del Independent. Todas sus plataformas digitales constituían solo el 19 por ciento.

O para decirlo de otra manera: en un mes promedio, una suscripción impresa única a The Independent generó en promedio, aproximadamente 6.100 veces el consumo de contenido real, como publicación mensual única en su sitio web o aplicación. No es una comparación perfecta: las vistas únicas mensuales apuntan a medir a las personas mientras que la circulación mide las copias. Pero el punto es muy claro: los lectores de la versión impresa son mucho mejores consumidores de noticias que los digitales.

Esto es algo que a los periodistas a menudo les cuesta entender, principalmente porque consumen una tonelada de noticias digitales todo el día y la noche. En los días impresos, el consumo de noticias de un periodista y el promedio de un ciudadano no estaban tan separados, principalmente porque no había tantas noticias disponibles para consumir. Hoy en día, un reportero que recibe una docena de boletines informativos por la mañana, escucha un podcast de noticias en el viaje diario de la mañana, recibe alertas de noticias en su teléfono, y monitorea todo el día las últimas noticias de Twitter, se involucra en comportamientos muy extremos.

Ese gráfico muestra que todo el tiempo que los lectores en papel pasaban en el Independent, simplemente desapareció, cuando lo hizo el periódico. No hicieron la transición hacia independent.co.uk. La demanda se fue a otra parte, ya sea a otro sitio de noticias, unos minutos de desplazamiento de Facebook, Netflix, Fortnite, una siesta o cualquier otra cosa que llamó la atención de los usuarios.

Thurman y Fletcher calculan que, en los 12 meses previos y posteriores a la interrupción de la impresión, el tiempo total dedicado al consumo de The Independent disminuyó de 5.548 millones de minutos a 1.056 millones de minutos. De sus lectores de papel, la mitad lee el periódico «casi todos los días». Sus visitantes online leen una nota, en promedio, un poco más de dos veces al mes. Los lectores de papel pasaron, en promedio, de 37 a 50 minutos con cada edición diaria que leían. Los lectores del Independent online gastan, en promedio, 6 minutos al mes.

Como lo expresa Thurman: «Al mostrarse solo online, The Independent ha diezmado la atención que recibía. Parece que el periódico es ahora más ojeado que devorado. Tiene sustentabilidad, pero menos centralidad».

Ahora bien, hay algunas buenas razones por las cuales un diario estadounidense se conecta online, pero es posible que no coincida exactamente con la experiencia de The Independent. The Independent fue uno de los 13 periódicos nacionales impresos en el Reino Unido; mientras que los lectores británicos suelen estar bastante apegados a su diario en particular, no sería demasiado difícil para los lectores impresos del Independent convertirse en lectores impresos del Guardian o el Times o Telegraph. Si un periódico en Atlanta, Denver, Houston o Seattle sale del negocio, no habrá una alternativa de impresión fácil a la que recurrir. Además, se puede objetar que la confiabilidad de los datos de encuestas que estiman el consumo de impresión, puede estar sujeto a exageración (a las personas les gusta decir que consumen muchas noticias, al igual que les gusta decir que comen muchas verduras y van al gimnasio todo el tiempo).

Por otro lado, uno de los puntos positivos para The Independent en este estudio es que aumentó su alcance internacional al cambiar a su enfoque online. Lo cual tiene sentido: hay una audiencia gigante en inglés en los Estados Unidos que no puede acceder a un diario británico impreso, pero está feliz de hacer clic en un enlace de vez en cuando. Pero es improbable que ese mayor alcance fuera del mercado llegue a un típico diario estadounidense que solo se conecta online, sin un abandono radical de su misión local. Hay muy poca gente interesada en lo que sucede en Albuquerque, Fresno o Cincinnati.

Incluso con esos puntos de diferencia, la lección general es válida. Dejar la impresión es la última reducción de costos; una gran parte de la estructura de costos de un periódico está atada a las prensas de impresión del tamaño de un edificio y a los bosques y tintas canadienses por barril. Pero cuando llegue ese día, incluso si ayuda al resultado final de un periódico, es probable que su audiencia no siga la corriente. Y eso significa aceptar una disminución dramática en el alcance, la influencia y el impacto.

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