John Malkovich filmó una película dirigida por Robert Rodríguez que no se verá hasta 2115 titulada «100 años: la película que nunca verás». Patrocinada por la marca de coñac Louis XIII, Rodriguez y Malkovich iniciaron un proyecto que no verá la luz hasta el siglo XXII.
La película física se exhibirá (pero no se proyectará), en el Festival de Cine de Cannes, donde se exhibirá en una caja fuerte especial en el club de miembros de la Suite Louis XIII, solo por invitación, en el Hôtel Le Majestic Barrière Cannes. La caja fuerte fue diseñada para abrirse automáticamente en 100 años, para garantizar que permanezca segura hasta su estreno oficial el 18 de noviembre de 2115.
“100 Years” es un proyecto intrigante que imagina la Tierra dentro de cien años, y se inspiró en el siglo de cuidadosa artesanía que se necesita para crear cada decantador de coñac Luis XIII.
“Queríamos una caja fuerte que se pudiera abrir como nunca antes: con nada más que tiempo. Una vez que se cierra la puerta, comienza la cuenta regresiva, y no hay forma de abrirla hasta que se complete la cuenta regresiva de los cien años, el 18 de noviembre de 2115. Dado que el sistema que podía garantizar que cumpliéramos nuestra promesa no existía, lo inventamos”, dijo Ludovic du Plessis, director ejecutivo global de Louis XIII.
Malkovich había hablado anteriormente sobre su trabajo en la película contando que “cuando se presentó el proyecto por primera vez, había varias opciones de lo que sería el futuro. Una increíblemente alta tecnología, más allá de la versión computarizada del mundo, una civilización post-Chernoybl, de regreso a la naturaleza semi-colapsada, y luego había un futuro retro que era similar a cómo se imaginaba el futuro en la ciencia ficción de los años 40 o 50”.
Rodríguez dijo que nunca había hecho algo así: “Me intrigaba todo el concepto de trabajar en una película que estaría bajo llave durante cien años. Incluso me dieron boletos especiales para que mis descendientes estuvieran en el estreno en 2115. ¿Qué tan genial es eso? John y yo queríamos que fuera una obra de arte atemporal que se pueda disfrutar en 100 años. Estoy muy orgulloso de él, incluso si solo mis bisnietos y, con suerte, mi clon estarán presentes para verlo».