Aproximadamente 870.000 de los 8 millones de habitantes de San Francisco, EE.UU., padecen inseguridad alimentaria, lo que se define como «la falta de acceso constante a suficientes alimentos para una vida activa y saludable». Esto se debe a que los salarios no se han mantenido al día con el aumento de los costos de la vivienda y a que la pandemia de COVID-19 ha empeorado la situación.
Inspirados por los refrigeradores comunitarios que aparecieron en la ciudad de Nueva York durante la pandemia como una solución de ayuda mutua para la inseguridad alimentaria, la startup Cheetah, instaló refrigeradores para ofrecer comida en forma directa a los residentes necesitados.
La startup de entrega de comestibles al por mayor, que se lanzó en 2016, entrega comestibles a restaurantes, con la ayuda de una aplicación de comercio electrónico que digitaliza el proceso de distribución. Refiriéndose a este esfuerzo como su campaña #FoodGiving, Cheetah ha instalado heladeras completamente surtidas, que han sido decoradas por artistas callejeros locales.
Cheetah siempre se ha esforzado por reducir el desperdicio de alimentos, donando regularmente artículos perecederos que están llegando a su mejor fecha de caducidad a los bancos de alimentos locales, y quedaron cautivados por la idea de llevar la donación de alimentos en forma directa a los más necesitados.
Las heladeras se reabastecerán cada semana, y cambiarán dependiendo de la disponibilidad de stock en el almacén de Cheetah. La compañía también está animando a los miembros del público y a los restaurantes locales a que los llenen con comida extra.
Cheetah instaló hasta ahora dos refrigeradores comunitarios, uno en San José y otro en Oakland, y ahora está buscando más ubicaciones. La compañía no ha establecido un cronograma sobre cuánto tiempo funcionarán estos refrigeradores comunitarios, pero lo ve como un proyecto a largo plazo.
