La confianza en las noticias continúa bajando en todo el mundo

Una nueva investigación del Instituto Reuters analiza las causas de los bajos niveles de confianza del público en la industria de las noticias.

El informe, publicado la semana pasada, es el primero de su proyecto Trust in News, un esfuerzo financiado por Facebook que se lleva a cabo en cuatro importantes mercados de noticias digitales: Brasil, India, Reino Unido y Estados Unidos.

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La investigación, titulada «Lo que creemos que sabemos y lo que queremos saber: perspectivas sobre la confianza en las noticias en un mundo cambiante», analiza la confianza en las noticias, lo que está contribuyendo a su declive, y cómo las organizaciones de medios buscan abordarlo.

El informe indica que parte del creciente escepticismo en torno a las noticias bien puede ser una consecuencia natural de un ecosistema mediático cada vez más plural, sin embargo, en un mundo donde muchos medios (pese a sus imperfecciones) siguen siendo la fuente independiente más fiable para la información accesible, oportuna y relevante sobre asuntos públicos, la confianza menguante puede ser una barrera significativa para los ciudadanos que procuran tomar decisiones bien fundadas y que los poderosos rindan cuentas.

En muchos países, sobre todo del sur global, grandes cantidades de personas dicen sentir preocupación sobre su capacidad de discernir qué es real y qué no en el mundo online. Y si bien la mayoría responsabiliza a las plataformas y a los políticos por contribuir a esos problemas, hay quienes también señalan a los periodistas como la fuente de desinformación que más les inquieta.

 

Puntos clave del informe:

  • No hay un único problema relacionado con “la confianza en las noticias”, sino que existen desafíos múltiples que involucran la provisión y la demanda de información. Distintos segmentos del público, así como los periodistas y académicos, mantienen creencias diferentes respecto de cómo funciona el periodismo, y posturas algunas veces contrarias sobre qué espera cada uno del periodismo. Por lo tanto, quienes pretenden abordar estas cuestiones necesitan ser específicos en cuanto a su objetivo estratégico e idealmente deben basar su trabajo en evidencia de apoyo, porque las iniciativas que funcionan con una parte del público pueden no funcionar con otras.
  • Muchos académicos y profesionales del periodismo han diagnosticado en la producción de noticias ciertos problemas que pueden contribuir a la falta de confianza. Sin embargo, se sabe mucho menos sobre los efectos cambiantes de las prácticas de distribución (especialmente el papel relevante que desempeñan las plataformas) aunque es probable que tengan un papel importante. Varios entrevistados temen que las plataformas socavan la confianza del público en las noticias, aunque esas plataformas también ayudan a que la gente halle las noticias. Mejorar los estándares y las prácticas periodísticas puede tener un impacto nulo en la confianza si esos esfuerzos no son visibles para una audiencia que se topa con las noticias sólo fugazmente en las redes sociales.
  • Iniciativas internas y externas dirigidas a la transparencia, la conexión con el público y la educación mediática lucen prometedoras, pero permanece brumosa la evidencia empírica sobre qué funciona, con quiénes y en qué circunstancias. Las investigaciones a menudo han estado desconectadas de la práctica profesional, y demasiado enfocadas en un puñado de países. Existe un riesgo considerable de hacer cosas que parezcan y/o se sientan buenas o de imitar a otros sin evidencias suficientes, lo cual puede conducir a un esfuerzo desperdiciado, en el mejor de los casos, y en el peor, a resultados contraproducentes.
  • Los esfuerzos para mejorar la confianza pueden ser muy importantes pero acarrean costos en sociedades divididas y polarizadas, y además pueden no corresponderse con otras prioridades, como pedir cuentas a quienes ejercen el poder. Combatir preconceptos arraigados sobre cómo funcionan las noticias (perpetuados estratégicamente por líderes políticos o traspasados de una generación a otra en ciertas comunidades) implica tomar decisiones que probablemente alejen a una parte de la audiencia más que a otras.