miércoles 8 de mayo de 2024
Lo mejor de los medios

«Vidas mediáticas», de José Luis Fernández

Este libro se terminó de escribir durante la pandemia de 2020, pero las discusiones que se propone la atraviesan. Aún más, el COVID-19 acentuó los efectos descriptos aquí. En la explosión de las plataformas de videoconferencia como Zoom, Meet o Jitsi, encontramos prácticas previamente utilizadas en otras como Skype, Messenger o WhatsApp. La época se define por nuevas intersecciones entre las mediatizaciones de la vida afectiva, política, artística, comercial y laboral, y por nuevas relaciones entre las mediatizaciones en vivo y las grabadas, las individuales y las grupales, que fuerzan las fronteras del postbroadcasting.

Son las vidas mediáticas, así como las plataformas, las redes y sus ecosistemas, las que se vienen alterando. Los fenómenos mediáticos de convergencia y divergencia obligan a nuevas relaciones entre puntos de vista distintos y disciplinas diversas.

A continuación un fragmento, a modo de adelanto:

 

2. Tipología de circulaciones

2.1. Circulaciones intrapantalla

Como se verá, la circunscripción al espacio pantalla tiene sus problemas. Como dice Cingolani, “el tamaño de una página puede ser muy variable, y el escroleo (o scrolling) es la acción que permite traspasar esa frontera y recorrer el largo y ancho de la misma” (Cingolani, 2016). Sin tensar los límites de la pantalla, se verá que, cuando pasemos a extensiones que la hacen poner en cuestión, hablaremos ya de circulaciones intraplataformas.

Tómese sólo un ejemplo que muestra la complejidad de las interacciones discursivas en una plataforma de uso cotidiano como Facebook y cuyo análisis más profundo se ha realizado en otro lugar (Fernández, 2018: 101-110). En la Figura 3 se ve un breve intercambio producido en un muro de Facebook (A) y en el que intervienen otros dos usuarios, a los que se han denominado B y C. Si bien no llega a leerse lo escrito, es importante ver el cotexto/contexto en el que se produce el intercambio: en Facebook es muy difícil de sostener el efecto de transparencia de la mediatización.

Se puede ver en la figura que el intercambio ocupa un lugar central, pero en competencia con el conjunto de la pantalla de Facebook. Se presentan los posteos con breves anotaciones extraídas del texto citado.

 

 

 

 

Figura 3. Muro de A en Facebook

A. ‘de mi cuerpo y mi vestuario, guardate el comentario’, cartel fuerte y claro en el ENM…

En primer lugar, se registra la referencia a un cartel y al Encuentro Nacional de las Mujeres en la ciudad de Rosario, Argentina. Es decir que este posteo está publicado en una plataforma global, aunque sólo para amigos de Facebook (una posibilidad más restringida que Público). 

B. Guardate TU comentario indicaría la métrica arenguista.
Este primer comentario hace referencia en tono juguetón a cómo debería adaptarse el eslogan reproducido a la oralidad de la consigna cantada, si fuera cantada.

 

C. no lo copié exactamente… espero no estar en infracción…
Esta respuesta cambia la escena: se introduce una disculpa sobre la precisión posible de la cita y aparece también el riesgo de la sanción frente a un error.

A la hoguera con A! La Inquisición acecha.

     La intervención de C, como se ve, profundiza el toque irónico de A. Esto se ve algo atenuado porque la respuesta no es en el nivel de la secuencia general sino, como permite desde hace un tiempo Facebook, responde a A sin incluir necesariamente ni siquiera B.

A pesar de la brevedad del ejemplo y la superficialidad de las observaciones, el análisis obligará a revisar constantemente al menos cuatro capas superpuestas de contextos:

·         la de la secuencia que, cuanto más extensa es, más obliga a controlar la linealidad o la ramificación de la misma;

·         las relaciones con el conjunto del muro;

·         las referencias al contexto social directo;

·         el universo de gramáticas de reconocimiento requerido para que el intercambio, primero exista, y luego se pueda comprender su campo conflictivo.

Como se ve, este ejemplo sencillo ya obliga a la convivencia entre las lógicas de contrato de lectura y las lógicas de interfaces diferenciadas por Fausto Neto, pero al mismo tiempo se valora especialmente la diferenciación, que permite reconocer la complejidad.

 

2.2. Circulación intraplataformas. Secuencias vs. estados

Entre los fenómenos de circulación hay un caso de gran interés, teórico y cultural, pero de relativa simplicidad espacial: el de los comments que suceden a diversos tipos de publicación.

Un clásico ya de las plataformas informativas on line es que, ante la publicación de una noticia (en general, más que un posteo), se desate una catarata de comments que suelen sorprender por su virulencia. Es el imperio de los haters, usuarios que descargan muchas veces su ira, o su acidez, sea sobre aspectos de la publicación original, sea sobre otros comentadores. Ello obliga muchas veces al cierre del espacio de comments o a la edición sobre la marcha, en un proceso que se ha denominado live blogging (Thurman y Walters, 2013; Porto López, 2014).

Es verdad que algunos posteos en Facebook o en Twitter, que generan muchos comments, hacen que el desarrollo genere ramificaciones y conflictivades laterales, pero, al menos por ahora, parece cómodo diferenciar estos casos en que, hay una publicación aislable, y sus efectos escriturales de respuesta. Pablo Porto López se dedica a temas de edición on line. Sus publicaciones comienzan con un caso de mediatización transmedia: el modo en que la prensa ofrece cubrir on line eventos deportivos (Porto López, 2010) y finaliza con su Tesis de Maestría en Análisis del Discurso (Porto López, 2018). Allí el investigador genera una importante descripción de los alcances y los límites de la interacción escritural en nuevos espacios de mediatización, las diferencias, clave para el periodismo on line, entre la crónica simultánea y la crónica retrospectiva, y finaliza reflexionando sobre la presencia del estilo informal en la escritura y la dimensión clave de lo pasional.

Es imposible citar todos los trabajos que analizan secuencias de publicaciones sobre un tema en Facebook o en Twitter, sea en términos de análisis discursivos o de las métricas que los monitorean. Pero no siempre esos trabajos consiguen comprender el fenómeno de circulación en las plataformas, porque una secuencia de comentarios se puede producir en cualquier mediatización que lo permita materialmente. La pregunta a responder en términos de circulación mediática específica es: ¿la misma secuencia de comentarios, publicada en Facebook y en Twitter, es la misma circulación mediática?

El estudio de secuencias de comments en las diferentes plataformas convive con estudios que tratan de reconstruir estados de opinión. Un caso sobre el que van publicándose diversos tipos de estudios es el análisis del conjunto de posteos que se etiquetan a través de un hashtag. El hashtag permite la convergencia de diferentes posteos, muy disímiles entre sí, pero que abordan un tema (las dimensiones y características de esta noción de tema debería ser estudiada muy pormenorizadamente).

El hashtag, y los etiquetados en general, son componentes importantes de los procesos de circulación en las plataformas y sus redes y, sin embargo, parece que todavía no han generado investigaciones y teorías, aunque es posible que muy pronto comiencen a aparecer sus resultados. Sí hay progresivas publicaciones presentando resultados a partir de las distribuciones de posteos que se organizan alrededor de algunos ellos.

Natalia Aruguete y Ernesto Calvo han publicado varios trabajos con esa orientación, entre ellos alrededor del caso #Maldonado, una etiqueta con gran repercusión y controversias. En el artículo, además de reflexiones acerca de los trolls, muestran resultados que diferencian usuarios de derecha o de izquierda y, a pesar de utilizar diversas metodologías cuantitativas de análisis, el resultado final es algo descorazonador:

De allí que la información se propague, no por su veracidad ni por la codicia maquiavélica de los líderes políticos, sino porque circula en una región donde sus moradores se encuentran sensibilizados para interpretar el mundo desde tales comunidades, cerradas y polarizadas. (Aruguete y Calvo, 2017)

Toda circunscripción, sin embargo, parece encontrar sus límites. Gastón Cingolani describe las acciones que se pueden aplicar dentro de cada plataforma musical (Spotify, SoundCloud y otras): a. Buscar/encontrar música; b. Reproducir (o “escuchar”) música; c. Cargar/descargar música; d. Organizar música; e. Compartir música (Cingolani, 2018a). Una mirada rápida nos muestra que a., b. y d. son circulaciones internas a la plataforma de que se trate, pero c. y d. obligan a interactuar con el afuera de las plataformas. Esos recorridos entre el adentro y el afuera son muy importantes en el trabajo de Cingolani, y se volverá sobre ello más adelante.

 

2.3. Circulación interplataformas

Hay otros tipos de estudio, de muy extenso desarrollo, sobre el aporte de la circulación a secuencias o a estados de algún campo de la vida sociocultural y sus sistemas de mediatización, como la música, el arte o los resultados científicos. A la circulación de los objetos artísticos se ha prestado especial atención en diversas investigaciones. 

Uno de los trabajos de interés en la búsqueda de relacionar la circulación de la obra de arte con sus mediatizaciones es el artículo de Oscar Traversa, Sergio Ramos y Manuel Libenson acerca de la construcción de valor de las obras en sistemas mediáticos, que no sólo integran las de redes y plataformas.

Los autores sostienen que en esa circulación intervienen cuatro ejes: “1. La constitución de las relaciones productor —producto— consumidor… 2. La puesta en serie de los objetos entre sí… 3. La vigencia de un nivel metadiscursivo… que organiza espacios de intercambio, y 4. La articulación de esas discursividades con la vida de los dispositivos técnicos…” (Traversa et al, 2014). Como se ve, esos ejes están relacionados en términos de circulación.

 

En el desarrollo de la ponencia, los autores, que se refieren al nivel de la producción de sentido y a la construcción de valor de la obra de arte, utilizan el término circuito pero, cuando van hacia un nivel mayor de complejidad, aplican el de circulación. Parecen sostener que no es lo mismo estudiar el recorrido de una obra de Goya, para tomar un ejemplo de ellos, que estudiar el fenómeno de la crítica como uno de los espacios que participa en todo el sistema. Esta oscilación no sólo no les quita valor a las propuestas, sino que augura la posibilidad de adaptación a diferentes objetos de investigación en diversas etapas. Por otra parte, ese recorrido complejo y variado los lleva a confirmar la necesidad de mantener la distancia entre la producción y el reconocimiento veronianos. Es decir que, en esta aproximación, conviven previos y nuevos modelos de análisis e interpretación.

Gastón Cingolani, por su parte, viene haciendo un recorrido sobre el terreno de los sistemas de recomendación en red (SR). El acceso a múltiples SR obliga a diferenciar entre sistemas humanos y maquinísticos, provenientes de algoritmos de robots y entre movimientos muy bien diferentes entre sí, como la distinción entre buscar y encontrar recomendaciones (Cingolani, 2017: 40-44).

Pero la propia problemática de las recomendaciones, aun dentro de plataformas musicales, lleva estas investigaciones a territorios extraplataformas. Entre diversas publicaciones que se van haciendo en la web basados en big data de Spotify, la página de Meso Corporation presenta a Sophia Ciocca como una “ingeniera en software” que va a explicar el lugar de “la ciencia detrás de las recomendaciones personalizadas de música”. El artículo de Ciocca explica los métodos de Spotify para construir una playlist semanal, denominada Discover Weekly que, cada lunes, presenta a usuarios premium una lista de 30 temas que cada uno de ellos “nunca ha escuchado pero que probablemente amen”. Ciocca considera que nadie conoce mejor sus gustos que este servicio. El tema interesa porque es un especial cruce entre curaduría y archivos (Koldobsky 2013, 2016; Fernández, 2018b).

Según Ciocca, Spotify aplica tres modelos de recomendación diferentes: filtrado colaborativo, a la manera de Netflix, pero incluyendo las solicitudes de cada tema; Natural Language Processing (NLP) models, softwares de análisis de textos, que seleccionan términos/etiquetas que aparecen como de agrado en los etiquetados y, como lo más novedoso, mediante modelos de análisis de audios en bruto (Raw Audio Models), que bajo softwares como los de los detectores de rostro, permitirían seleccionar perfiles de sonido, aparentemente más allá de lo genérico-estilístico. Dejando de lado si estas son certezas o especulaciones de Ciocca, muestra que la producción y circulación de recomendaciones está alcanzando una complejidad que cuestiona la comodidad del trabajo dentro de los modelos habituales.

De estas observaciones se puede inferir que, además del modelo de secuencia y el de estado, habría que recordar el de circulación en ramificación: la observación de algunos fenómenos micro en plataformas nos lleva a territorios inesperados y, muchas veces, inexplorados.

 

2.4. La circulación en fases transmediáticas

Hemos citado en la introducción el punto de vista macro de Mario Carlón sobre la circulación como un conjunto complejo de relaciones espaciales y temporales. Sus proposiciones son de sumo interés porque articulan una temporalidad de fases que son, inevitablemente, enfoques espaciales. Se trata de un típico efecto de postbroadcasting, al necesitar articular medios masivos con lo que él prefiere seguir denominando redes. En cada fase —de lo masivo a las plataformas, de las plataformas a lo masivo o en diversas transversalidades— además de describirla de acuerdo con su posición en los diferentes sistemas mediáticos, se aplica un análisis según el modelo triádico de Verón, que permite mantener la distancia, o al menos la oposición, entre producción y reconocimiento (Carlón, 2020).

Respecto de la circulación como recorrido de construcción en red, se viene publicando desde hace tiempo sobre la relación entre distintos circuitos de lo musical, incluyendo cómo se relacionan entre sí diversos metadiscursos copresentes o diferentes en plataformas de lo musical (Koldobsky, 2016). Ese tipo de trabajo creemos que debería converger con experiencias de análisis como las que viene realizando Carlón.

Las diferentes fases, en caso de que se vayan confirmando las conclusiones, permitirían comparar los procesos de desarrollo cultural de la actualidad con los de épocas de broadcasting en los que ahora también se ven aspectos reticulares y juegos de plataformas. Se ha encontrado que el despliegue del tango canción, por ejemplo, aparece como descendente desde los medios hacia el espacio social masivo (Jáuregui, 2013). En cambio, el folklore tiene un largo recorrido en los teatros de las redes ferroviarias hasta consolidarse en los medios (ascendente) (Fernández, 2018: 56-60).[1]

Pero, además, por un lado, está el estudio de fases en secuencias, que son los ejemplos que hasta ahora ha desarrollado el equipo de Carlón; estos se encuentran en circuitos (otra vez el término), como el de la moda, sitios específicos como los blogs especializados (Gómez del Río, 2017). Los blogs de moda, perfectamente estabilizados, funcionan como fase, cuando se lanza una nueva temporada o colección, pero son estados si se quiere comprender el funcionamiento de la moda.

2.5. La circulación en fases transmedia-cara a cara

Por último, se encuentran los casos muy importantes en las vidas de lo musical, pero no exclusivos de ellas (el de la moda, los lugares de comida, los eventos de diverso tipo, funcionan de un modo parecido), en las que performances en vivo conviven con modos de intervención o difusión mediáticas, a través de plataformas generales o propias.

Al periodizar relaciones entre mediatizaciones y músicas, fue necesario incluir, para cada período, las modalidades más importantes de las performances cara a cara (Fernández, 2013: 36-40). Así, por ejemplo, la expansión de lo digital y las plataformas musicales conviven con las raves, mientras permanecen los grandes conciertos con despliegue audiovisual explosivo. Al mismo tiempo, se desarrollan diversos circuitos alternativos de centros culturales sostenibles, con fuerte comunicación en redes.

En realidad, aun estudios enfocados en la danza y en los cuerpos y sus relaciones con, por ejemplo, la música electrónica y sus fiestas, destacan la importancia que el efecto “ambient” tiene en las fiestas, pero atribuyen sus trayectorias a una secuencia compleja de mediatizaciones musicales (Lenarduzzi, 2012: 127-130).

Uno de los casos de relaciones entre espacios públicos y mediatizaciones que se han descripto es el de los sonideros, dj’s callejeros de México DF con su público y, a través de ellos, de su público con familiares o redes. Rubén López-Cano lo describe así:

La audiencia le entrega todo tipo de mensajes al sonidero para que los lea durante el show. Estos saludos son para familias y amigos, barrios, clubes de baile o simplemente anuncios de que alguien en particular está presente en el espectáculo. Gente famosa o bailarines sólo van a la cabina de DJ para anunciarse. (López-Cano, 2016: 148)

 

Otro caso de relación entre espacio público, de sentido inverso al anterior, es el de los flashmobs que son posibles gracias al uso de las nuevas tecnologías masificadas, y define una acción colectiva organizada en un lugar público, inusual, donde participa un grupo numeroso de individuos que al terminar se dispersan inmediatamente. (Cid Jurado, 2014: 46)

Como se dijo al principio, la noción de circuito es clave para comprender el funcionamiento de lo musical según géneros o estilos musicales, que se van construyendo de formas específicas, según características, tanto musicales como socioculturales. Amparo Rocha Alonso describe así los parecidos y diferencias entre el circuito del freestyle y lo que denomina música popular de cámara, que hunde sus raíces en la tradición de cierta música considerada críticamente como folklórica y de raíz latinoamericana:

El circuito de freestyle va de la crudeza de los cuerpos actuantes en la interacción cara a cara a la crudeza de las grabaciones caseras que se suben a Internet. El circuito de las músicas populares de concierto apunta doblemente al vivo, bajo ciertas condiciones básicas de calidad (buen sonido, público en posición de escucha, eventual escenografía artística) y a la grabación, tanto en formato material CD, como en plataformas como Bandcamp, SoundCloud, Vimeo o YouTube. (Rocha Alonso, 2016: 46)

Pero esa segmentación en los modos y las materialidades de mediatización se produce dentro mismo, por ejemplo, del freestyle. Mariano Lapuente, que ya había publicado un trabajo sobre las relaciones entre conciertos en vivo y su publicación en YouTube, en un informe reciente de investigación, basado en experiencias realizadas con alumnos dentro de la cátedra Semiótica de las Mediatizaciones, diferencia dos casos fuertes y muy diferentes dentro del freestyle: 

Por un lado las batallas de rap improvisado en el marco del Quinto Escalón que es una comunidad que hasta el 2017 se reunía en el Parque Rivadavia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y por otro, la Batalla de los Gallos que organiza la marca Red Bull a nivel nacional e internacional. (Lapuente, 2013, 2018)

Sólo con esa primera descripción, enriquecida en el conjunto del trabajo con un muy bien aplicado modelo peirceano, da una idea sobre las relaciones entre el arriba y el abajo, el adentro y el afuera, y los formatos de circuitos o de ramificación. La experiencia de surgimiento, éxito y masificación, hasta la decisión de sus responsables de cerrarla en 2017, es narrada hoy en las redes como circuito.

 

Vidas mediáticas
Entre lo masivo y lo individual
Publicada por: La Crujía
Fecha de publicación: 03/01/2021
Edición: 1a
ISBN: 978-987-601-269-0
Disponible en: Libro de bolsillo

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