En Japón, los terrenos son tan escasos en las grandes ciudades, que se hacen esfuerzos para utilizar cada espacio disponible a su máximo potencial, incluidas las áreas debajo de las vías del tren.
Por lo general, estos lugares se destinan a estacionamientos o bares y restaurantes económicos. Pero en Osaka, existe un espacio debajo de las vías del tren que es tan bajo que ni siquiera se puede usar para que pasen los automóviles. Sin embargo, eso no ha impedido que peatones locales lo utilicen como inusual atajo.
Ubicado en el distrito Yodogawa de la ciudad de Osaka, el paso subterráneo más bajo de Japón (y probablemente del mundo) se encuentra en una zona residencial, a unos 15 minutos a pie de la estación de Tsukamoto. Los letreros junto al pasaje indican que el espacio entre el suelo y las vigas es de 1,2 metros de altura, que es aproximadamente la misma altura que un niño de escuela primaria.
Las vías del tren están ubicadas a la altura de los ojos de los transeúntes. Y si bien hay tramos donde se puede estar de pie, en esas secciones, el tren básicamente pasa a centímetros de la parte superior de tu cabeza, por lo que es mejor ser precavido, e inclinarte mientras caminas.
Mucha gente utiliza este paso, y no solo peatones, sino ciclistas, e incluso personas en motocicletas y scooters que pasan a toda velocidad.
Una periodista interrogó a un lugareño sobre los peligros potenciales de la vía, y para entender por qué el pasaje es tan popular. Las respuestas fueron sorprendentes:
“Es un atajo. Hay un cruce de ferrocarril al este de aquí, pero todos usan este paso subterráneo porque es más fácil llegar que el cruce de ferrocarril».
Y ante la pregunta: ¿no te asustas cuando ves que la gente atraviesa el túnel a gran velocidad?, el lugareño dijo:
“Te acostumbras. Pero algunas personas se lesionan de vez en cuando. El lado sur del paso subterráneo tiene una pendiente un poco empinada. Eso hace que los ciclistas pierdan impulso, y si levantan la cabeza allí por accidente para recuperar el impulso antes de despejar la salida, pueden golpearse la cabeza contra el fondo de la vía del tren. A veces, las personas terminan con la cabeza ensangrentada y tienen que ser trasladadas al hospital en ambulancia».
Lo increíble que es que ninguna autoridad haya clausurado un atajo tan peligroso…