En 2019, el artista italiano Maurizio Cattellan sorprendió al mundo con su obra ‘Comediante’: una banana pegada a la pared con una cinta, que se vendió en 120.000 dólares. La noticia causó conmoción en las redes y miles de personas fueron a ver la exhibición en el museo.
Ahora tenemos un caso igual, acaso más tonto que el anterior. Se trata de ‘Pickle’, del artista autraliano Matthew Griffin. ¿En qué consiste la obra? Se trata de un pepino de McDonald’s pegado al techo. El pepino se sostiene pegado únicamente con la propia salsa de la hamburguesa, sin la utilización de pegamento adicional.
La obra tiene un precio de 6.260 dólares, y al comprador le costará otros 2,78 dólares comprar otra hamburguesa con queso. La institución, o el coleccionista que la posea, recibirá instrucciones sobre cómo recrear el arte en su propio espacio.
Algunos aficionados se deleitan con la obra definiéndola como «genial» y «brillante»; otros la han calificado de «imbécil».
Griffin es famoso por incluir humor en sus obras de arte, y con ‘Pickle’ lo que busca es un «gesto provocador» deliberado para cuestionar lo que tiene valor.
«Generar diferentes respuestas a la obra es parte de la alegría de la obra. Por lo general, los artistas no son los que deciden si algo es arte o no, son ellos los que hacen y realizan las cosas. Si algo es valioso y significativo como obra de arte es la forma en que colectivamente, como sociedad, elegimos utilizarlo o hablar de él», dijo Ryan Moore, el director de Fine Arts, Sydney, que representa a Griffin.