viernes 29 de marzo de 2024
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No cometas este error cuando tomas pastillas

Cuando tomas una píldora, ésta inicia un largo y enrevesado viaje hacia el estómago, a través de los intestinos, y luego hacia el torrente sanguíneo.

Pero su absorción podría verse dificultada, hasta el punto de que el estómago podría tardar una hora más en disolver los medicamentos orales, dependiendo de tu postura.

Este es el resultado de un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, que han simulado cómo se disuelven las píldoras y los comprimidos en el estómago humano y se liberan en la parte superior del intestino.

Descubrieron que la postura ideal para una absorción más rápida no era estar sentado en posición vertical, sino inclinado hacia la derecha.

«Nos sorprendió mucho que la postura tuviera un efecto tan inmenso en la velocidad de disolución de una píldora», dice Rajat Mittal, informático que estudia la dinámica de fluidos en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins.

«Nunca había pensado en si lo estaba haciendo bien o mal, pero ahora definitivamente lo pensaré cada vez que me tome una píldora».

Menos inmediatos pero mucho más cómodos que la inyección de medicamentos, los orales se absorben en el torrente sanguíneo a través del intestino. Para llegar allí, primero deben pasar por el estómago y el píloro, una válvula que se abre y se cierra durante la digestión.

Aunque quizá no te preocupe tanto la rapidez con la que tu cuerpo absorbe los suplementos vitamínicos, la absorción de los fármacos tiene serias ramificaciones en cuanto a la rapidez con la que los analgésicos surten efecto o la constancia con la que los medicamentos estabilizan la presión arterial, por no hablar de encontrar la dosis adecuada para las mujeres en comparación con los hombres.

Así que Mittal y sus colegas probaron cuatro posturas utilizando su modelo informático de un estómago humano, basado en imágenes de escáner corporal de alta resolución de un varón de 34 años.

Denominado StomachSim, el modelo simulaba el fluido y la biomecánica de una píldora en movimiento a través del tracto digestivo y la rapidez con la que sería expulsada del estómago al duodeno, la primera parte del intestino delgado donde comienza la absorción de nutrientes.

Tomar píldoras inclinados o tumbados sobre el lado derecho significaba que los fármacos se deslizaban hacia la parte más profunda del estómago del ordenador y se «disolvían» dos veces más rápido que las píldoras tomadas sentadas en posición vertical.

Acostarse o inclinarse hacia el lado izquierdo ralentizaba la disolución, de modo que se tardaba hasta cinco veces más en absorber las píldoras en esa posición en comparación con la postura erguida, en la que la gravedad y la anatomía están del lado del estómago.

«En el caso de las personas mayores, sedentarias o encamadas, el hecho de que se giren a la izquierda o a la derecha puede tener un gran impacto», explica Mittal.

En estudios anteriores se comprobó que acostarse sobre el lado derecho acelera la velocidad con la que el estómago vacía los alimentos en el intestino, y que sentarse, levantarse o reclinarse hacia la derecha también acelera la absorción de los fármacos orales.
John Hopkins

Para ir un paso más allá, los investigadores simularon lo que ocurre con la absorción de las píldoras si alguien padece una enfermedad llamada gastroparesia, en la que los nervios dañados o los músculos debilitados del estómago impiden o ralentizan el vaciado del mismo.

Comprobaron que incluso una pequeña reducción de la potencia de digestión simulada del estómago provocaba diferencias notables en la rapidez con la que digería y expulsaba una píldora al duodeno, de forma similar a los cambios de postura.

«La postura en sí misma tiene un impacto tan grande que equivale a que el estómago de alguien tenga una disfunción muy importante en lo que respecta a la disolución de la píldora», afirma Mittal.

Por supuesto, después de que los fármacos y los alimentos pasen por el estómago, a los intestinos y finalmente al torrente sanguíneo, ocurren muchas cosas. No olvidemos tampoco que las simulaciones por ordenador son modelos útiles pero muy simplificados de procesos complejos.

La cantidad de líquido, gas y comida que se tiene en el estómago también puede influir en la digestión, pero los investigadores no modelaron esto.

«A pesar de estas y otras limitaciones, hemos demostrado que los modelos computacionales y las simulaciones de la mecánica de los fluidos gástricos pueden aportar información útil y única sobre los complejos procesos fisiológicos que subyacen a la disolución de los medicamentos», escribe el equipo.

La forma en que nuestros cuerpos procesan los medicamentos también puede estar fuera de nuestro control, gracias a nuestros genes.

En un campo llamado farmacogenética, los estudios de los genes que codifican las enzimas encargadas de descomponer los compuestos arrojan algo de luz sobre por qué las personas reaccionan a los mismos medicamentos de manera diferente, diferencias que se remontan a nuestros primos prehistóricos, los neandertales.

Así que, aunque la postura parece influir en la rapidez con la que el cuerpo absorbe los medicamentos orales, la historia es mucho más compleja.

La mejor manera de asegurarse de que los medicamentos sean eficaces es acordarse de tomar las píldoras en primer lugar, y según lo prescrito.

Vía

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