Hecho de pez raya, el Hongeo es considerado, con mucho, el alimento más oloroso de Corea del Sur. Es tan apestoso que muchos surcoreanos no se acercarían a él, y mucho menos se lo llevarían a la boca. Sin embargo, sus fans adoran los vapores de amoníaco que emana, y juran que una vez que te acostumbras, es imposible reemplazarlo con cualquier otra cosa.
Pero deleitarse con este manjar apestoso tiene un costo social, ya que el olor tiende a persistir en la boca y en la ropa. De hecho, los restaurantes especializados en Hongeo aconsejan a los clientes que sellen sus chaquetas en bolsas de plástico antes de comer y las rocíen con desodorante antes de irse.
«No puedo entender quién en el mundo pagaría por comerse un pescado podrido en un restaurante que huele como un baño público roñoso», dijo un usuario.
“He comido perros, Durian y bichos, pero esta sigue siendo la comida más desafiante que he consumido”, dijo el bloguero de comida Joe McPherson. «Es como lamer un urinario».
El olor y el sabor de Hongeo está estrechamente relacionado con una de las cosas que hace que el pez raya sea especial, específicamente la forma en que orina. El pez raya no orina como otros animales, libera orina a través de su piel, y eso es exactamente en lo que los chefs marinan la carne durante aproximadamente un mes para obtener el polémico manjar.
El Hongeo definitivamente tiene un gusto peculiar, pero no es exactamente un plato desconocido en Corea del Sur. Según NPR, cada año se consumen 11.000 toneladas de Hongeo en el país asiático, y las ciudades del sur como Mokpo son famosas por sus restaurantes de este plato.
La historia del Hongeo se remonta al siglo XIV, cuando los piratas japoneses patrullaban los mares del sur, lo que obligó a los residentes de la isla Heuksan a subir por el río Yeongsan y llevarse la comida con ellos. Notaron que todos sus peces eventualmente se echaban a perder, pero no la raya, que, al dejarla fermentar en su propia orina, se conservaba naturalmente. Eventualmente se convirtió en una especialidad regional en las provincias de Jeolla del Norte y del Sur, al suroeste de Corea del Sur.
Curiosamente, no solo el olor acre del Hongeo provoca nauseas, sino que su carne masticable y su cartílago crujiente también lo hacen difícil de tragar. Es tan horrible que el difunto Anthony Bourdain lo puso en la lista de las peores cosas que se ha llevado a la boca.