martes 30 de abril de 2024
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¿Qué es el periodismo solidario?

El periodismo solidario se centra en la vida de los grupos marginados y, en lugar de adoptar una postura neutral, se opone activamente a las condiciones que aumentan el sufrimiento y merman la dignidad humana.

Algunos ejemplos podrían ser el acceso al agua, tener dinero suficiente para llevar comida a la mesa, tener acceso a un refugio, vivir en un país no afectado por la guerra, que te dejen caminar por la calle y ser quien eres sin temer por tu seguridad, o simplemente tener aire limpio para respirar.

A la hora de pensar en un artículo de periodismo solidario, el primer paso es preguntarse sobre qué tema se quiere informar. El siguiente paso es preguntarte dónde puedes encontrar a personas afectadas por ese tema y contactarlos.

La mentalidad de las redacciones tiende a centrarse en el aquí y ahora, en las noticias de último momento. Pero para el periodismo solidario es necesario tener una perspectiva histórica. Y la perspectiva de futuro es igualmente importante. El periodismo solidario puede ayudar al público a ver que las injusticias no están grabadas en piedra, que hay posibilidades de cambio, que no tienen por qué ser un tema de siempre.

«El periodismo siempre ha hecho su mejor trabajo no sólo sacando a la luz cosas como el trabajo infantil, sino dejando claro que no hay ninguna necesidad inherente de que esas condiciones continúen, e impulsando esfuerzos para hacer frente a esa injusticia. Eso no es parcialidad. Es servicio público», afirma Anita Varma, directora del proyecto Iniciativa de Periodismo Solidario de la Universidad de Texas.

El periodismo solidario se basa en la creación de relaciones, por lo que otra forma de mejorar el periodismo solidario (y medir su éxito) es seguir ampliando la red de fuentes. Una amplia red de fuentes mejorará tu periodismo e indicará que está funcionando, porque los grupos marginados ven tu cobertura como un espacio en el que se tratan sus problemas.

Muchas redacciones son reacias a etiquetar su periodismo como tal, por miedo a renunciar a la neutralidad en favor del activismo, pero de hecho ya están haciendo muchos reportajes que se centran en los grupos marginados.

El objetivo del periodismo solidario es centrarse en los grupos marginados para impulsar la búsqueda de soluciones; puede despertar emociones, pero ese no es el objetivo final. No es pornografía de la pobreza. No busca ante todo la empatía del público, sino la acción colectiva contra las injusticias.

Si cubres un grupo marginado, asegúrate de entrevistar a personas de ese grupo, no sólo al ministro del gobierno que toma decisiones sobre ellos o al académico que los investiga. Un ejemplo de reportaje bienintencionado que no es periodismo solidario es un reportaje en el que se pregunta a funcionarios del ayuntamiento, académicos o jefes de organizaciones benéficas qué creen que se debería hacer con los sin techo, y se pregunta a los sin techo cómo se sienten con su situación. El periodismo solidario pregunta a las personas afectadas por un problema su opinión sobre el cambio; no extrae su dolor emocional.

«Preguntarle a la gente: ¿qué piensas, qué necesitas, qué quieres que ocurra? Todas estas son preguntas que los periodistas suelen hacer a los políticos cuando ocurre algo en su jurisdicción, pero es mucho menos probable que se las hagan a la gente sobre el terreno», dice Varma.

«Creo que en la misma medida en que sería extraño preguntar a un político ‘¿cómo se siente hoy?’ debería ser igualmente extraño no preguntar a la gente impactada qué es lo que necesita, porque lo que acaba ocurriendo es que o bien se convierte en una narración muy negativa o bien se escribe desde el punto de vista oficial'».

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