jueves 2 de mayo de 2024
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El nuevo invento que pretende acabar con la «pobreza menstrual»

Las mujeres y niñas de los países industrializados pueden acceder fácilmente a toallitas menstruales baratas, pero no siempre es así en los países en desarrollo. Sin embargo, esto podría cambiar pronto gracias a la planta de sisal.

En las regiones donde es difícil conseguir toallitas, las mujeres y las niñas (y las personas no binarias) a menudo tienen que quedarse en casa cuando tienen la menstruación. Esto crea un problema conocido como «pobreza menstrual», en el que no pueden ir a la escuela, ir a sus trabajos o salir a ganarse la vida.

Dado que la falta de infraestructuras -y de fondos- hace inviable traer continuamente toallitas preenvasadas, algunos grupos han empezado a explorar métodos para fabricarlas in situ con materiales vegetales locales. Uno de ellos es un equipo de investigación de la Universidad de Stanford dirigido por el profesor adjunto Manu Prakash.

El algodón podría parecer la opción obvia para suministrar el núcleo absorbente de las toallitas, pero por desgracia las semillas son relativamente caras, y además las plantas necesitan mucha agua. Tras evaluar otras opciones, Prakash y sus colegas se decidieron por la planta de sisal, de la que les llamó la atención el ingeniero keniano Alex Odundu. El sisal, miembro de la familia de los agaves, es una planta suculenta resistente que puede soportar condiciones áridas. Y lo que es más importante, sus gruesas hojas en forma de espada contienen fibras que se utilizan habitualmente para fabricar cuerdas y cordeles.

El equipo de Stanford desarrolló un sencillo proceso químico para eliminar la lignina de estas fibras, un polímero resistente que compone las paredes celulares de las plantas. Las macrofibras de celulosa sin lignina resultantes se colocan en una licuadora, donde se descomponen en un material suave y absorbente.

«El resultado es una hermosa pelusa que casi no se distingue del algodón», explica Anton Molina, estudiante de doctorado del laboratorio de Prakash y coautor de un artículo sobre el estudio. «Las propiedades a microescala de las fibras son lo que hace que el sisal destaque. Es una alternativa mejor que, por ejemplo, el cáñamo o el lino, y supera el rendimiento de las toallitas de algodón disponibles en el mercado.»

Y lo que es más importante, los productos químicos utilizados en el proceso pueden fabricarse localmente, además de reciclarse o convertirse en dióxido de carbono y agua tras su uso. Los científicos buscan ahora métodos para fabricar las capas exteriores impermeables de las toallitas menstruales utilizando más materiales de origen vegetal. Han creado un grupo llamado Plant Pad Consortium, en el que instituciones y organizaciones de todo el mundo pueden colaborar para acabar con la pobreza menstrual.

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