Una de las posibilidades más interesantes de la arquitectura impresa en 3D es que podría revolucionar las viviendas económicas. La empresa portuguesa Havelar lo demuestra con su primera casa impresa en 3D, que tardó sólo 18 horas en imprimirse.
Situada en el área metropolitana de Oporto, la segunda ciudad más grande de Portugal, esta vivienda de 80 metros cuadrados y dos dormitorios se construyó con la impresora BOD2 de COBOD, que también se utilizó en el edificio impreso en 3D más grande de Europa.
Según COBOD, las casas de Havelar pueden fabricarse por 1.500 euros el metro cuadrado, lo que contrasta favorablemente con la media de Oporto de 3.104 euros por metro cuadrado. Este precio más barato se debe en gran parte a la velocidad de construcción que ofrece la impresora 3D, que sigue un plano y extrude una mezcla similar al cemento por una boquilla en capas, construyendo la estructura básica de la casa.
Aunque el proceso de impresión en sí duró 18 horas, luego vinieron constructores humanos y la terminaron instalando las ventanas, la puerta, los paneles, el tejado y todo lo que hiciera falta. Incluyendo el trabajo humano, el proyecto completo tardó menos de dos meses en completarse.
La casa tiene la forma de una sencilla residencia de una sola planta definida por las características paredes estriadas que indican que ha sido construida con una impresora 3D. Su interior se organiza en torno a una cocina y un comedor centrales, con el salón, dos dormitorios y un cuarto de baño contiguos.
Esta es la primera casa impresa en 3D que produce Havelar, así que aún es pronto, pero de cara al futuro, la empresa espera aumentar la producción y alcanzar la neutralidad de carbono en 2030 adoptando materiales de construcción alternativos como la tierra y la paja.