Las obras maestras de la pintura no solo son ventanas al pasado, sino también documentos que registran la evolución del diseño de interiores. NeoMam ha creado un proyecto fascinante que transforma habitaciones inmortalizadas por grandes artistas en espacios fotorrealistas, permitiendo experimentar estos ambientes tal como podrían haber existido en la vida real.

1. Interior (Mi Comedor) – Wassily Kandinsky

La vibrante interpretación que Wassily Kandinsky hizo de su comedor, con sus audaces contrastes de verde y rojo, se materializa en un espacio que equilibra el expresionismo del original con elementos arquitectónicos realistas. Los marcos de puertas verdes y el mobiliario de madera crean un diálogo entre la visión artística y la funcionalidad cotidiana.

2. El Sol Brilla en la Esquina – Grant Wood

La atmósfera contemplativa de «El Sol Brilla en la Esquina» se traduce en un espacio que conserva la calidez y serenidad del original. Las plantas en macetas y la luz natural que se filtra por la ventana recrean ese momento de paz que Wood capturó en su lienzo.

3. Interior con Pinturas Relajantes – Roy Lichtenstein

El característico estilo pop art de Roy Lichtenstein, con sus patrones de puntos y líneas, se transforma en un espacio contemporáneo que mantiene el espíritu gráfico del original mientras incorpora elementos de diseño moderno. Los muebles clean-cut y la decoración minimalista demuestran cómo el arte pop puede traducirse en un ambiente habitable.

4. Interior – Konstantin Korovin

La interpretación impresionista de Konstantin Korovin de un interior doméstico ruso se convierte en un espacio que combina la rusticidad de la arquitectura tradicional con elementos refinados. Los detalles como el mantel floreado y los muebles de madera clara añaden autenticidad al ambiente.

5. Sala de Estar de la Emperatriz Alexandra Feodorovna – Eduard Petrovich Hau

La suntuosa sala de estar de la Emperatriz Alexandra Feodorovna, captada por Eduard Petrovich Hau, se recrea con todo su esplendor neogótico. Los elementos decorativos, desde la lámpara de araña hasta los paneles ornamentados, demuestran la atención al detalle en la transición del arte a la arquitectura.

6. El Dormitorio – Vincent van Gogh

El famoso dormitorio que Vincent van Gogh pintó en Arlés, con sus característicos tonos azules y amarillos, se transforma en un espacio que mantiene la esencia del original pero añade texturas y detalles tangibles. La cama de madera amarilla, las sillas rústicas y la mesa sencilla cobran vida con una autenticidad que permite apreciar la modesta pero acogedora habitación del artista.