Al peruano Pascual Mimbela siempre le importó la naturaleza, y por sobre todas las cosas la vida marina. El artista, desde niño ya estaba fascinado con el mar, incluso pintaba barcos, peces, playas y olas.
Sin embargo, Mimbela tenía un mensaje para transmitir a la sociedad que iba mas allá de sus pinturas, y encontró una forma ideal de llamar la atención y traspasar los límites, aunque claro, ese concepto no existe en el arte. Utilizando un equipo de buceo, este simpático personaje se sumerge en las aguas del Pacífico con pinceles, espátulas y aceites, que por supuesto no son contaminantes, para retratar los maravillosos corales del océano.
«Quise ir más allá, hacer algo diferente, ver las profundidades del mar con mis propios ojos», comentó el vanguardista, muy contento por la repercusión que tuvo su obra. Sus pinturas se exhibieron el 15 de enero en la plaza principal de la ciudad de Los Órganos, y simbolizan la importancia del cuidado del medio ambiente. Muy bien, Pascual.
