Se hizo con el propósito de estudiar el proceso de maduración en condiciones de gravedad cero. La bebida estará disponible en la tierra dentro de diez días.
La destilería Ardbeg fue la primera en llevar la pasión terrestre por las bebidas alcohólicas más allá de las fronteras de este planeta. Hace tres años, la empresa envió un frasco con whisky a la Estación Espacial Internacional, y su «misión» ya está a punto de finalizar: el 12 de septiembre regresará a tierra firme.
Pero no se trata sólo de descorcharlo apenas llegue. Primero será estudiado con científicos y comparado con otra botella encorchada al mismo tiempo que la destinada al espacio exterior. Ambos fueron guardados con partículas de roble añejo y el plan es ver cómo interactuaron esas partículas con el fluido para determinar las diferencias entre ambos.
«Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para el whisky», dijo Bill Lumsden, director de la destilería Ardbeg. «Esperamos arrojar nueva luz sobre los efectos de la gravedad en el proceso de maduración», agregó Lumsden. La verdadera pregunta es cómo hicieron los astronautas para estar tres años con un whisky en el espacio sin tomárselo.
