miércoles 24 de abril de 2024
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«Angustia», de Renata Salecl

El libro analiza la cuestión del rol del discurso político y mediático en las angustias existenciales de los seres humanos. En tiempos del capitalismo post industrial, estamos frente a una ideología que, por un lado, alienta constantemente la toma de riesgos y hace que muchos se sientan totalmente responsables de su propio bienestar, mientras por otro muchos se sienten cada vez más impotentes frente al deseo de tener un impacto en la sociedad que los rodea. Por desgracia, el aumento de la angustia contribuye al statu quo porque quienes están constantemente preocupados por su propio bienestar no suelen desafiar los mecanismos del poder.

Renata Salecl es una filósofa, socióloga y teórica jurídica eslovena, que se desempeña como investigadora en el Instituto de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Ljubljana y es profesora en el Birkbeck College de la Universidad de Londres. Todos los años da clases en la Facultad de Derecho Benjamin N. Cardozo (Nueva York), sobre psicoanálisis y derecho, y también dicta cursos sobre neurociencia. Sus libros han sido traducidos a quince idiomas. En 2017, fue elegida como miembro de la Academia de Ciencias de Eslovenia.

El sábado 11 de agosto a las 18 hs, la autora estará presente en la Feria de Editores ofreciendo una charla sobre «La angustia en la sociedad moderna», con entrada libre y gratuita.

A continuación un fragmento, a modo de adelanto:

Las últimas décadas de nuestro tiempo suelen recibir el nombre de “nueva era de la angustia”. En estos años, hemos tenido que enfrentar ataques terroristas, nuevos virus y enfermedades, catástrofes ecológicas, incertidumbres económicas y el surgimiento del autoritarismo. La política internacional pone el foco en el peligro terrorista, como resultado de lo cual estamos viviendo con muchas más medidas de seguridad que antes. ¿Pero es verdad que todos están tan asustados por los peligros de los que habla la política? Los debates en la televisión estadounidense revelaron que la angustia de la gente tiene razones muy diferentes de las que se ofrecen en los medios dominantes. Cuando se le pide a alguien que haga una lista de las angustias más importantes que le impiden vivir plenamente la vida, sería lógico esperar que aparecieran el terrorismo, las enfermedades, las catástrofes naturales y la crisis económica. Pero no. En lugar de eso, ahora sabemos que muchos están angustiados más bien por lo siguiente:

  • No hay suficiente (dinero, amor, etc.)
  • Nadie me quiere (miedo al rechazo)
  • Esto es demasiado bueno para durar
  • Me van a descubrir (es decir, otros van a darse cuenta de que estoy fingiendo)
  • Mi vida no tiene ninguna importancia (es decir, cómo crear un legado de mi vida)

Para calmar esos miedos, muchos buscaron la ayuda de un gurú de la autoayuda que hizo una lista de todo, desde la necesidad de ser más generosos y centrarnos menos en la fortuna de cada uno hasta la de revelar el yo, incluso los defectos, pasando por “Me merezco la felicidad” escrito sobre un espejo o un escritorio y la creación de una carpeta de Hechos Positivos con los elogios que recibiera cada uno y el fortalecimiento de los lazos con amigos y parientes, etc.

Tanto la lista de angustias como los consejos que se dan para superarlas demuestran que la preocupación primordial del sujeto está siempre en relación con su propio lugar en el mundo y la interacción con otros. La teoría lacaniana de psicoanálisis sugiere que lo que provoca más angustia al sujeto es la relación entre él o ella y el Gran Otro (es decir, los demás y la red simbólica de la sociedad). El Otro es siempre “ansiógeno” para el sujeto porque lo obliga constantemente a preguntarse: “¿Quién soy?” y sobre todo, “¿Qué soy yo para el Otro?”. Sin embargo, en las sociedades post industriales, se percibe al sujeto como inventor de sí mismo y como alguien que hoy en día está más libre que nuestros antepasados frente a los límites que le ponen otras personas. Así que, si por un lado el sujeto sigue preocupado por la cuestión del deseo del Otro (es decir, la forma en que lo miran los demás y la forma en que lo considera la sociedad en general), por otro, ese mismo sujeto está bajo presión para elegir su vida independientemente de los límites impuestos por la sociedad. Muchas veces, los psicoanalistas se encuentran con pacientes que vienen al análisis con la siguiente exigencia: “Necesito decidir lo que quiero hacer con mi vida”. Ya no es verdad que el sujeto lucha contra sus padres porque ellos le impiden hacer algo en la vida; ahora, el sujeto lucha con el peso de convertirse en una persona que le guste. Paradójicamente, esa libertad de elección aumenta la sensación de ansiedad y angustia y culpa que se sufre en la sociedad de hoy.

No es sorprendente: hay experiencias simples de consumo que, para algunos, se convierten en momentos de mucha ansiedad. Como vivimos en tiempos en los que hay una pérdida de poder de las autoridades tradicionales (en la familia y también en la sociedad en general), la persona que lucha con el problema de qué ponerse en contextos particulares, de qué ropa le va a ofrecer el equilibrio correcto entre el cumplimiento de las normas y su propia individualidad, puede sentirse muy sola y rodeada de ansiedad. A veces, espera que alguien intervenga y le imponga algún límite a la opción; otras veces, busca consejo de quienes tal vez hayan experimentado una situación similar o parezcan personas con más sentido común, mejor gusto o algún tipo de conocimiento interno. En particular, las mujeres suelen experimentar ansiedad en cuanto a la elección de un vestido porque la relación de las mujeres con la ropa está muy ligada al dilema en cuanto a si quieren o no que las noten los demás. Muchas mujeres sienten ansiedad frente a la idea de estar “en la vidriera” o la de que alguien vaya a juzgarlas.

Para las mujeres, uno de los momentos que provocan mayor angustia con respecto a la elección de un vestido tiene que ver con el casamiento. El matrimonio, al que una expresión en inglés llama “atar el nudo”, cambia el estatus simbólico, desata lazos familiares anteriores y establece lazos nuevos entre los dos miembros de la pareja. La creación de ese nuevo lazo en la forma tradicional involucra vestirse de una manera especial. Hoy en día, incluso mujeres que no se identifican con los ideales del patriarcado suelen darle un valor romántico al casamiento.

Paradójicamente, con los cambios en la relación con las autoridades, la Internet se está convirtiendo en un nuevo espacio simbólico que muchas veces funciona como un espacio de terapia ad hoc. En muchos foros de Internet, hay futuras novias que escriben sobre la ansiedad que les causa la elección del vestido que van a usar en el casamiento y se dan consejos mutuos del estilo de “siempre que el vestido te haga sentir bien y te quede bien es el ‘vestido correcto’, no tengas dudas”. Las mujeres también se dicen unas a otras que deben preguntarse si realmente les gusta el vestido, si se sienten bien cuando lo tienen puesto, si el vestido las hace felices, etc. Muchas se quejan de haber hecho la elección a la luz de la opinión de otras. Una mujer anónima dijo: “Creo que elegí un vestido hermoso pero sigo peleándome con la idea de lo que podría haber sido”.

A partir de ese tipo de debates, se puede tener la impresión de que el vestido es una especie de sustituto de todas las otras ansiedades que está atravesando la novia antes del casamiento. Tal vez lo lógico es pensar que mientras la mujer se pregunta si ha elegido bien el vestido, en el inconsciente también se está preguntando si eligió al marido correcto y tal vez esos “otros vestidos posibles” estén relacionados también con la decisión de casarse o de casarse con ese hombre en particular.

Las mujeres que no se calman fácilmente con los consejos de otras mujeres en Internet, pueden acudir a las nuevas autoridades especializadas en curar las ansiedades en cuanto a la ropa. Hay una institución llamada Calm Clinic (Clínica de la Calma), que afirma que, entre los muchos tratamientos para la angustia que ellos ofrecen, hay uno que se dedica especialmente a las mujeres que tienen problemas con su vestido de novia. En el aviso de Internet, la clínica afirma que el tipo de vestido que usa cada mujer afecta los niveles de estrés y que es posible “vestirse para el estrés”. Se ofrece un test de ansiedad para ayudar a determinar si una mujer está ansiosa porque se viste para otros (amigos controladores, los padres, la pareja) o si ellas están saboteando su propio bienestar con una actitud tipo “No me importa”. También es posible que algunos estén estresados porque “están vistiendo su propia baja estima”; en ese caso, tal vez se vistan para “encajar” o para que otros les presten atención. Y hasta hay una cura para los que se visten con ropa que los hace sentir incómodos. Los consejos del sitio web de la clínica también nos dicen cómo vestirnos para tener éxito. La idea es que hay que vestirse para uno mismo, para ninguna otra persona; pensar cuidadosamente qué ropa usar, mostrar claramente las buenas cualidades que se tengan y especialmente evitar vestirse con lo que hace daño.

En tiempos de tanta abundancia de opciones, esta dimensión social de la vestimenta invoca la ansiedad por la ropa de dos maneras: por un lado, tenemos los viejos dilemas que se relacionan con la cuestión de encajar en un medio dado (es decir, seguir los códigos sociales en situaciones particulares); por el otro, la presión del “sé tú mismo” y de tomarse a uno mismo como objeto de su propia creación. Ese último imperativo contribuye a sensaciones de culpa y angustia, de falta de adecuación, efectos colaterales de la ideología de las opciones infinitas.

Hay que estudiar el hecho de que hoy en día surja tanta angustia frente a opciones bastante banales de consumo pero hay que estudiarlo en un contexto más amplio de cambios ideológicos relacionados con el neoliberalismo. Aunque la angustia es parte de la subjetividad humana y todo el mundo la experimenta de una manera individual, no debe olvidarse el hecho de que la ideología afecta el sufrimiento humano. Sigmund Freud señaló que la inquietud (malaise) de la civilización afecta la inquietud individual y viceversa.

Este libro analiza la cuestión del rol del discurso político y mediático en las angustias existenciales de los seres humanos. En tiempos del capitalismo post industrial, estamos frente a una ideología que, por un lado, alienta constantemente la toma de riesgos y hace que muchos se sientan totalmente responsables de su propio bienestar, mientras por otro muchos se sienten cada vez más impotentes frente al deseo de tener un impacto en la sociedad que los rodea. Por desgracia, el aumento de la angustia contribuye al statu quo porque quienes están constantemente preocupados por su propio bienestar no suelen desafiar los mecanismos del poder.

Angustia
Un análisis de la cuestión del rol del discurso político y mediático en las angustias existenciales de los seres humanos.
Publicada por: Godot
Fecha de publicación: 08/01/2018
Edición: 1a
ISBN: 9789874086501
Disponible en: Libro de bolsillo
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