Luego de que más de un millón de personas se manifestaran este viernes frente a la sede del Gobierno del Líbano, varios cientos de partidarios de Hizbalá continúan acampando en el centro de Beirut, exigiendo la inmediata renuncia del Primer Ministro, Fuad Siniora.
Siniora vio debilitado su poder luego de negociar el desarme de Hizbalá con funcionarios estadounidenses e israelíes, lo que le valió el repudio de los grupos nacionalistas, que consideran a Hizbalá como un partido democrático y defensor de la nación ante las agresiones externas.
Como resultado del repliegue de las tropas israelíes que tomaron el sur del país en junio pasado, Hizbalá salió favorecido ante la opinión pública, ejerciendo una gran presión electoral sobre Siniora, que estaría a punto de perder el control del Parlamento.
Aunque los manifestantes, impulsados por Siria, exigen la renuncia del Primer Ministro y su Gabinete, los funcionarios aseguran que resistirán el embate y ordenaron el despliegue del Ejército nacional (asistido por las fuerzas de la ONU lideradas por Francia) en la capital para resguardar el orden y evitar una nueva guerra civil.
Estados Unidos, por su parte, sostiene que se estaría en presencia de un intento de golpe de estado por parte de Hizbalá, “para derrocar a un Gobierno democráticamente elegido”, según expresó el embajador ante la ONU, John Bolton.
Más información:
www.elpais.com/articulo/elpepuint/20061202elpepuint_4/Tes
news.bbc.co.uk/low/spanish/international/newsid_6201000/6201254.stm
www.elmundo.es/elmundo/2006/12/01/internacional/1164983826.html