Una manifestación de monjes budistas en el Tibet fue duramente reprimida por el ejército chino dejando un número aún indeterminado de muertos. Ante la dimensión de los hechos, Beijing activó su aparato de censura.
Oficialmente, China reconoció 10 muertos, sin embargo los exiliados elevan esa cifra a más de 100. A última hora de ayer, los enfrentamientos habían cesado, pero se conoció que un centenar de monjes iniciaron una huelga de hambre. También hubo movilizaciones frente a la embajada china en la India.
Las protestas se iniciaron el lunes en Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, y tenían por objeto recordar un nuevo aniversario de la revolución que terminó con el exilio del Dalai Lama. Según las primeras informaciones, la de ayer fue una de las movilizaciones más importantes de los últimos 20 años, con una masiva participación popular.
Los hechos se sucedieron cuando los manifestantes, congregados en la plaza frente al templo Jokhang, se enfrentaron a la policía, quemaron una bandera china e incendiaron algunos vehículos. Ante tal situación se hicieron presentes las fuerzas militares chinas que reprimieron para controlar los disturbios.
La fecha revive un conflicto de larga data en el Tibet: este pequeño país del Himalaya fue históricamente reclamado por China como parte integrante de su territorio, lo que llevó a una rebelión en 1959 que terminó con la huida al exilio de su máximo líder religioso, el Dalai Lama.
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www.elmundo.es/elmundo/2008/03/15/internacional/1205552320.html
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