Antes que el escándalo siga haciendo mella en su capital político, el presidente boliviano, Evo Morales, decidió la destitución del titular de la petrolera estatal YPFB, Santos Ramírez. El funcionario había sido alcanzado por sospechas de corrupción por un supuesto cobro de sobornos.
Ramírez fue presidente del Senado y es uno de los líderes históricos del oficialista partido MAS. Si bien en un primer momento Evo Morales salió en defensa del acusado, el cúmulo de pruebas en su contra y la endeble defensa esgrimida terminaron definiendo su alejamiento de la petrolera estatal.
La pista del soborno surgió a partir de un asesinato: al empresario Jorge O’Connor lo mataron para robarle 450.000 dólares en efectivo que, aparentemente, estaban destinados al pago de una coima. La casa donde se iba a realizar la operación pertenece a un familiar de Ramírez.
La firma Catler Uniservice, de O’Connor, había ganado una licitación de más de 80 millones de dólares para construir una planta generadora de gas natural licuado, pese a que se trata de una empresa desconocida en el medio y con muy escaso capital
Al frente de la petrolera estatal boliviana quedó ahora el economista Carlos Villegas, aunque Morales reconoció que se trata de una “designación de emergencia”. En los últimos tres años, la estratégica YPFB tuvo seis presidentes.
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news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7863000/7863367.stm
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www.perfil.com/contenidos/2009/01/31/noticia_0030.html
