Este soneto fue grabado por Edmundo Rivero, tiene una historia muy singular, además de su belleza rea, fue censurado por la dictadura militar, que obligó al cantor a grabarlo pero sin los términos en lunfardo. Es una linda mirada desde la perspectiva de los dos chorros que estaban, según cuentan, junto a Jesús en el momento final. Suelo decir que mi fe es flaquita y mi deseo poderoso. Que deseo que Dios exista aunque dudo y, por esa razón, me declaro dudante en lugar de creyente. Pero no me enorgullezco de eso, en realidad lo lamento. Para los que creen y para los que no, va este soneto. Felices Pascuas o Pesaj. (Una curiosidad: no existen muchas imágenes de la crucifixión que incluyan a los dos ladrones. La que acompaña este post es de Rubens)
Dos ladrones
Hay tres cruces y tres crucificados
en la más alta, al diome, el Nazareno.
En la del wing lloraba el chorro bueno
mangándole el perdón de sus pecados.
Escracho torvo; dientes apretados,
marcaba el otro lunfa el duro freno
del odio, y destilaba su veneno
con el rechifle de los rejugados.
¿No sos hijo de Dios? Dale. Salvate.
Sos el Rey de los Moishes, arranyate.
¿Por qué no te bajás? ¡Dale, che, guiso!
Jesús ni se mosquió. ¡Minga de bola!
Y le dijo al buen chorro: Estate piola
que hoy zarparás conmigo al Paraíso.
Lope de Boedo