martes 19 de marzo de 2024
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«Macri decía ‘Quiero el 1% del patrimonio de sus empresas'»

El periodista Hugo Alconada Mon se convirtió en los últimos años en un referente ineludible del periodismo de investigación. Sus trabajos revelaron múltiples casos de corrupción que involucran a funcionarios y empresarios en las últimas décadas del país. Conversamos con él (junto a Ernesto Tenenembaum) a propósito de la publicación de su libro «La Raíz de todos los males», de editorial Planeta. Aquí una síntesis de sus conceptos más destacados y la reproducción íntegra de la nota (gentileza de Radio con vos)

 

Trato de todos los días subir alguna perlita del libro a Twitter. Hoy subí el inicio de un capítulo que creo es el capítulo 2, “Cómo se paga la coima”, que es sobre un empresario que me dijo: “a ver nene si entendés», agarró la Mont Blanc y me empezó a escribir el cálculo de la coima, que está ahí, y en Twitter están incluso las hojas que él me escribió. Y me hizo el cálculo me dice: “mirá, el puente tiene que valer 100. Fenómeno… pero no vale 100 porque tenés los costos directos, los costos indirectos, el costo total total, el costo financiero, el costo no sé cuánto, y aparte hay que calcular el costo por si me atrapan” le digo ¿qué significa eso? “No, bueno, el costo para los abogados, los fiscales, los jueces y además tenés que calcular el doble conforme y tienes que calcular el…” y en definitiva me iba llevando, que los invito a que lo busquen en Twitter, me hace hasta la curva. Y me termina haciendo el cálculo final del puente que termina costando 137.5, porque además tenés que descontar lo que le vas a tener que dar a los muchachos que van a simular la licitación… pero tenían incluido en ese cálculo cuánto había que ponerle al juez y al fiscal, como una suerte de seguro de riesgo.


Macri decía “quiero el 1 por ciento de tu patrimonio porque el 99% restante que te quedará va a valer mucho más si yo gano la elección”. Segundo, decía “y más vale que te apures, porque el ticket de entrada va a salir mucho más caro a medida que nos acerquemos a las elecciones”. Y número tres les llegó a decir en reuniones de a 25 empresarios… porque hay reuniones que son mano a mano cuando el empresario es muy grandote, después hay reuniones que son de dos o tres cuando los empresarios son medianos. Y luego tenes reuniones sectoriales, cuando te reunís con toda la Cámara, y ahí hay 25. En esas reuniones Macri llegó a decir “muchachos, y prefiero que me la den negra”. O sea, que no la declaren. Y ahí un par de los asesores le dicen “Mauricio, pará de decir esto, nosotros nos encargamos, porque si alguno de los 25 te graba, te filma, se terminó tu campaña”. Y ahí se moderó.


El financiamiento electoral que planteo es como el pecado original de la política. ¿Qué significa eso? A ver, supongamos que vos querés competir en una elección. Vos tenés todos los pruritos, todas las pautas morales, vos querés realmente regenerar la situación. Supongamos que ni siquiera querés ir por la presidencia, que querés ser intendente de la ciudad de La Plata. Vos vas a  necesitar, 10 millones de pesos ¿de dónde los vas a sacar? Vendés tu casa, vendés tu auto, agarrás los ahorros, le pedís a tu viejo, le pedís a tus amigos. Con eso vas a cubrir las primarias ¿y después? Los empresarios, los proveedores del Estado, los narco, la policía que te trae los bolsos… Y empezás a entrar en un menjunje en el cual para que les quede un anticipo a los oyentes: Macri les financió parte de la campaña a Massa porque le robaba votos a Scioli. Scioli le ofreció financiar parte de la campaña a Margarita porque le restaba votos a Macri, pero a cambio le pidió que parara con sus críticas sobre Hotesur. Como ella se negó, a su vez le pisaron la entrega, la que corresponde por ley, del dinero del Estado para la impresión de boletas electorales. Y a su vez, boletas electorales: cuando se habla con los profesionales de esto, ¿cuáles son los dos principales rubros de gasto de la campaña? La impresión de boletas electorales -en el mundo es más o menos 1.3 acá en la Argentina es 5, porque te las roban- ¿y el segundo rubro? la compra de periodistas


Cuando hablo de sistema y como el poder montó un sistema para la corrupción e impunidad, hablo del poder en sentido amplio. Y por poder en sentido amplio quiero decir: políticos, periodistas, empresarios, sindicalistas, la SIDE, la policía. Es decir que esto excede a un político, excede un gobierno. Acá hay una maquinaria en la cual en definitiva vos podés tener, que hay policías que no reprimen el delito sino que lo regulan y cobran a cambio de regularlo. Por vos después tenés La Salada. ¿Cómo es posible que nadie lo vea? ¿Cómo posible que todos nuestros chicos de 17 años saben dónde se compra falopa y no lo sabe la poli? No, sí, la poli lo sabe, pero cobra por la cobertura. Después tenés los fiscales que muchas veces no investigan, estoy generalizando, jueces que no juzgan, periodistas que no informan, sino que cobran por el silencio y así cada uno de los rubros.


En todos lados hay corrupción. El punto es que si te agarran, te pescan, vas en cana. Si te agarran, te condenan. Acá es «manos arriba, está todo bien». Segundo, hay características según cada gobierno. Lo voy a simplificar otra vez y lo estoy generalizando. Por supuesto que hay matices en todos lados, pero supongamos que durante el menemismo ibas a construir un puente, el puente vale 100 millones, a vos te cobraban el 10%, 10 millones de dólares para los muchachos. Bien, listo. Siguiente gobierno, en el kirchnerismo era un poco más, 15 por ciento promedio, según ahora incluso se está reconstruyendo, y muchas veces además te pedían acciones. Es decir, “yo voy a ser socio tuyo en la construcción del puente. No solamente voy a cobrar el 15%, 15 millones, sino que además yo me voy a cobrar el 5, 10, 15 por ciento de las acciones. Ergo, cada uno de los autos que pase por el puente y pague un peaje, el 15 por ciento de ese peaje, c’est pour moi”. Y luego tenés el siguiente, que es el actual gobierno, que la zona más gris que tiene es la del conflicto en intereses, el insider trading, el tráfico de influencia.


Dentro del equipo del presidente Macri, a algunos que quieren ir más duros hacia la lucha contra la corrupción y otros que se lo toman «vamos paso a paso, vamos viendo». De hecho, hasta ahora tenés una discusión sobre qué hacer con los cuadernos, Lava Jato y demás. ¿Por qué? Porque hay muchos colaboradores de Macri que lo que dicen es «si vamos por ese lado, podemos terminar de enfriar la economía, si terminamos de enfriar la economía, vamos a tener problemas para la reelección, si tenemos problemas para la reelección, va a volver Cristina. Entonces, al final, por impulsar la lucha contra la corrupción, vamos a terminar generando que vuelvan los anteriores.


Yo lo que intenté con este libro es ofrecerle una ventana o una puerta a los sótanos, a las cloacas a los lectores. Decirle: «Vos estás viendo la superficie, vení, vamos adentro». Y eso te permite, o le permitirá eventualmente al lector ver, hablando de operadores, que hay profesionales de la coima, hay cazadores profesionales de fuentes, hay operadores profesionales, mercenarios, que trabajan para todos los gobiernos. El mismo operador, que es Javier Fernández, que trabajó para el menemismo, acumuló poder durante el menemismo y se encargó él de protegerlo a Norberto Oyarbide, es el mismo operador que con el kirchnerismo se encargó de cerrar la causa por enriquecimiento ilícito de los Kirchner en un trámite express, que es el mismo operador que para Cambiemos se encargó de encapsular el despelote del Correo Argentino y de tejer el fallo judicial que forzó la renuncia de la procuradora Alejandra Gils Carbó. Mismo operador, tres gobiernos, 25 años de historia.


Fui a verlo el señor Javier Fernández y te recibe en su quincho y que tiene atrás la imagen de Al Pacino en «Scarface», la imagen de Marlon Brando en «El Padrino», y hay una caja de vidrio con un teléfono celular Startac amarillo dorado. Yo lo miro y le digo «me queda clarísimo Tony Montana, me queda clarísimo Vito Corleone, explicame el teléfono». Dice «ese era el teléfono que yo usaba con el número uno. El día que el número uno murió, lo guardé, lo dejé ahí, nunca más». Le digo «Bueno, ahora entiendo, vamos a arrancar». Y me dice «pará,  pará, pará. ¿Ves ese bate de béisbol?». Había un bate de béisbol de un metro veinte, de aluminio. «El último que se desubicó con las preguntas que hizo en esta casa, lo saqué a batazos, así que ojo con lo que vas a preguntar». Y ahí arrancó el diálogo con él.


Yo tengo mucho recelo sobre esta investigación (de los cuadernos), también soy muy desconfiado en parte porque es Comodoro Py… y sabemos lo que es Comodoro Py. Al mismo tiempo nunca sabés cómo son las circunstancias. Entonces en este momento cuando están hablando que Bonadío dejó saber que se va a fin de año, lo que está diciendo es que se está tratando de duchar en bronce como para salir por la puerta grande. Después vas a tener tribunales de apelación y yo creo que además se combina con esto mismo que es, supongamos que incluso Bonadío quiere encapsular esto en Cristina y después tienes un tsunami que te pasa por arriba.

Porque vos tenés, por ejemplo, que los algunos empresarios,  como el señor Calcaterra, dicen «a mí me obligaron, fueron aportes para la campaña» y de repente viene Wagner, y aclaremos que Wagner era el presidente de la Cámara Argentina la Construcción entre 2004 y 2012, señalado como el articulador, el cartelizador de la obra pública, fue a Tribunales y dijo «primero, esto no fueron aportes de campaña, segundo, esto no empezó con una campaña: arrancamos en 2002, 2003 y conmigo estaban a, b, c, d» y empieza a nombrar a 10, entre otros Iecsa, a la empresa de los Macri. Después tenés a Uberti, que cuando vos tenés Techint agarra y dice «nosotros empezamos a pagar en el año 2008 por presión de Venezuela y porque el gobierno argentino nos obligaba» y vino Uberti y dice «¡No! A mi me empezó a pagar Techint en 2006, cuando en Venezuela estaba todo fenómeno». Entonces empezás a tener distintas declaraciones que complican la versión oficial o la versión encapsulada y esto te lleva a lo que publicamos hoy en el diario, que se viene la segunda fase.


Ernesto Clarens, financista, dice «sí, yo recibía la coima que me traían los muchachos. De hecho eran más o menos en unas 90 empresas por 120 proyectos» Tendrías que llamar a las 90 empresas a declarar. Más aún:  tenes en el transporte a cuatro del top ten, de los diez principales, que dicen «nosotros sí pagamos subsidios». Tendrías que llamar a los otros seis, si ya tenés cuatro que declararon y admitieron coimas, ¿qué pasó con los otros 6? Tendrías que decirles, “señores, o ustedes son unas águilas guerreras o Roggio es un estúpido y para que Roggio sea un estúpido, que lo caminaran… no. Entonces si estos cuatro sí pagaron, ustedes por qué no. O ustedes me están mintiendo, vengan para acá. Y tendrían que empezar a desfilar. Entonces ya al final es un tsunami, como pasó en parte con Lava Jato. Una forma de verlo es mirando que avanzaron sobre algunos y no sobre otros. En Lava Jato llegaron a condenar a líderes políticos,  gobernadores, diputados, senadores de 14 partidos políticos. A tal punto la locura, que Odebrecht llegó a pagarle al Partido Anarquista, que en su plataforma tenía la eliminación de las grandes empresas como Odebrecht. Es decir Odebrecht le pagaba a los que querían terminar con Odebrecht y aún así se la ponían.


Hay un economista que se llama Gary Becker, ganó el Premio Nobel de Economía y el tipo logra reconstruir, y por eso ganó el Nobel, el costo-beneficio del corrupto. Lo que dice es «si yo sé que yendo por trampa, voy a ganar millones ¿cuáles son los riesgos de terminar en prisión?» y te dice que muchas veces el corrupto, el delincuente, hace ese cálculo. Si en definitiva, tengo bajos riesgos, me voy a hacer millonario, voy a prosperar, voy a ser campeón del mundo, voy a tener la mina más linda del planeta… y, voy por este lado. Si, por el contrario, tengo chance de que me emboquen… Dicho de otro modo, supongamos que la causa de los cuadernos implosiona, se terminó, se cayó a pedazos. Aún así, ¿ya no hay algo que cambió? Porque hay uno de los ejes de la corrupción que es la omertá, el pacto mafioso de silencio. La próxima vez que algún funcionario se siente con Roggio y le diga «usted va pensando en pedirle una tarasca un porcentaje» ¿no va a estar pensando «¿y si este hijo de puta vuelve a abrir la boca en Tribunales? Si ya abrió una vez la boca»? Entonces, lo que puede pasar ahora es o una de dos: o que la coima valga mucho más, por el riesgo de que vos hables, entonces en vez de cobrarte 5 te voy a cobrar 10, en vez del 10, el 20. O vos te vas a tener que cuidar un poco más para pedirla. ¿Por qué? Porque sabés que te pueden prender fuego.

 La entrevista completa: