Merece la pena también la variada oferta culinaria que se puede degustar en sus dos restaurantes, el Tree Room, para amantes de la alta cocina, y más informal, el Foundry Grill, donde también darse un buen festín y quién sabe si sentarse a la mesa justo al lado del mismísimo Robert Redford, que visita el complejo asiduamente para tener unos días de relax entre rodaje y rodaje.