El famoso mago cree firmemente que algunos lugares del planeta poseen un cierto poder mágico, por ello decidió trazar una línea entre la Pirámide del Sol en la península de Yucatán y la pirámide de Giza en Egipto y otra entre la Isla de Pascua en Chile y Stonehenge en Inglaterra. ¿El resultado? En la intersección de ambas se encontraba Musha Cay en las Bahamas, una isla de 150 hectáreas de frondosa vegetación tropical, playas de arena blanca y aguas cristalinas de color turquesa.