martes 19 de marzo de 2024
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Una máscara biodegradable que se convierte en flores

Las mascarillas faciales desechables se volvieron indispensables desde el brote de COVID-19, y uno de los costados negativos, es la forma en que se desechan: hechas de fibras plásticas, son aún más propensas a descomponerse en microplásticos que las bolsas de plástico, o las botellas de agua.

En un esfuerzo por frenar este problema, la diseñadora holandesa Marianne de Groot ha creado una máscara biodegradable hecha de capas de papel de arroz, que contiene una mezcla de semillas de pradera holandesa.

Las máscaras Marie Bee Bloom pueden enterrarse una vez utilizadas y, si las condiciones lo permiten, las flores comenzarán a brotar.

Las máscaras faciales Marie Bee Bloom demuestran un enfoque más sostenible para el equipo de protección personal, proporcionando al usuario tanto protección como un incentivo ambiental; incluso si el usuario decide no enterrar su máscara después de su uso, aún se descompondrá en el vertedero.

El resto de la máscara Marie Bee Bloom también es ecológico. La lana pura de oveja reemplaza las bandas elásticas para las orejas, y un sujetador de cordón hecho de cartones de huevos en forma de flores diminutas lo sujeta, lo que permite al usuario ajustar las presillas.

Los bucles también pasan por un pequeño tubo incorporado a cada lado de la máscara, pegado con almidón de papa y agua.

Las máscaras vienen en paquetes de cinco, diez y quince, y cuestan desde 15 euros.

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