Los desechos electrónicos son el flujo de desechos domésticos de más rápido crecimiento en el mundo, impulsado por más personas que compran más productos electrónicos con una vida útil corta, y pocas opciones de reparación. Según lo informado por el Global E-Waste Monitor 2020 de la ONU, se estima que los desechos electrónicos globales alcanzarán las 74 toneladas métricas para 2030, casi el doble de los desechos electrónicos en solo 16 años.
Los consumidores se enfrentan a dos deseos en conflicto: la avidez por los dispositivos, y la necesidad de minimizar el daño a su planeta. Agreguemos a ello los puntos débiles de la propiedad: el alto costo inicial, el daño potencial, y el destino de los productos cuando ya no se usan.
Con este conflicto en mente, la empresa alemana Grover ofrece un servicio de alquiler de dispositivos tecnológicos, desde teléfonos y fitbits hasta cámaras, drones y aspiradoras robot. Los consumidores pueden alquilarlos por tan solo un mes, con precios mensuales que disminuyen durante períodos de alquiler más largos, y pueden cambiar a un período más largo en cualquier momento.
Una vez vencido el plazo mínimo, pueden seguir alquilando, devolver el dispositivo, o comprarlo. En caso de daño, Grover se encarga de las reparaciones y cubre el 90% de los costos. Una vez que se ha devuelto un dispositivo, se limpia a fondo, se examina y se pone en recirculación para otros suscriptores.
La compañía, que se lanzó en 2015 y recaudó USD 60 millones en abril pasado, tiene la intención de utilizar su última ronda de financiación masiva para el desarrollo de productos y la expansión internacional. Actualmente está disponible en Alemania, Austria, Países Bajos y España. Según sus propias estimaciones, el servicio de suscripción de Grover evitará 24.000 toneladas métricas de desechos electrónicos para 2024.