miércoles 24 de abril de 2024
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De Viviana Canosa a Barbra Streisand

Clarín censuró una nota de su Editora de género

«Viviana Canosa y el lado del mal», es el título de la columna de Mariana Iglesias publicada en el sitio web de Clarín y borrada luego de unas horas sin ningún tipo de aclaración.

El texto criticaba a Viviana Canosa por su postura tirabombas en relación con las marchas del 8M de este año y el anterior y al canal que le da aire, en el que también están Baby Etchecopar y Antonio Laje, por permitir pasivamente esa mirada misógina.

En los diarios en papel las palabras quedan inmutables para toda la eternidad una vez que salieron de imprenta, pero en realidad se usan para envolver los huevos al día siguiente. En los diarios digitales todo es modificable, pero a la vez muy fácil de reproducir y archivar para siempre. ¿Por qué borró Clarín la nota teniendo mejores opciones?

En la prensa moderna se sabe que las notas de opinión responden a las ideas de quien las firma. No hace falta aclararlo, pero algunos medios lo hacen explícito:

Alguna gente en Twitter alegaba que Clarín borró la nota porque «estaba muy mal escrita». Clarín no es The New Yorker para ponerse purista con la calidad de sus textos, sobre todo el mismo día en el que aparece este engendro:

Aparte, se supone que el proceso editorial permite pasar a la nota por al menos una segunda mirada que pueda corregir errores conceptuales o de estilo. Y aun ya publicada, nada impide volver a editar la nota las veces que se necesite. El bot «Editando Clarín» reproduce todas la veces que se cambia algo en sus títulos, copetes o epígrafes.

Otras alternativas más saludables y menos conflictivas: darle a Canosa el derecho a réplica o darle a otra periodista del diario la posiblidad de escribir un texto que polemice con el de Iglesias. Cualquiera de todas estas acciones es mejor que eliminar la nota, incluso la de relegar la nota al archivo, sin darle ninguna difusión en redes y en la home.

Entonces, ¿por que la borraron? Solo queda pensar en presiones (¿De América?¿Internas por criticar a otro grupo de medios?). Pero como sucede invariablemente con el efecto Streisand, cuanto más se quiere acallar algo en el mundo digital, más difusión termina teniendo.

Clarín, Mariana Iglesias y Canosa llegaron a ser tendencia en Twitter, que multiplicó el cache de la nota, otros medios se ocuparon de hablar del episodio y no descartemos que la mismísima Viviana Canosa le dedique unos minutos en su programa. No se la va a perder.

A la gravedad de haber censurado una nota de opinión, Clarín suma que la nota borrada pertenece a la Editora de género del diario, nombrada por ellos mismos. No debe existir un antecendente similar en la prensa mundial. Una editora de género es similar a un ombudsman, o defensor de los lectores. Su rol es velar por la calidad periodística. Al designarlos, el medio acepta ser controlado por ellos, no al revés.

En junio de 2019 Ricardo Kirschbaum, Editor Responsable de Clarín, anunciaba con bombos y platillos el nombramiento de Mariana Iglesias «para garantizar la perspectiva de género de modo transversal en todas las secciones del diario. La decisión, que está siendo adoptada en varios de los periódicos de referencia en el mundo, sintoniza con la exigencia de las audiencias que buscan y merecen información e historias adecuadas a los nuevos tiempos».

A la luz de lo sucedido, podría traducirse así: «Queremos que el diario tenga una editora que dé cuenta de las desigualdades de las mujeres en la prensa, porque está de moda y es políticamente correcto. Pero si no nos gusta lo que escribe, le borramos la nota»

La irónica conclusión es que la editora de género de Clarín escribía para pedirle al canal de Canosa que controlara sus exabruptos, pero Clarín terminó controlando las opiniones de su propia editora de género. Mientras tanto, esta noche Canosa seguirá ofreciendo sus exabruptos habituales.

PS: Comunicado sobre el tema de la Comisión Interna de Clarín

Diego Rottman
Diego Rottmanhttps://www.malaspalabras.com/
Diego Rottman es Licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires. Director de la agencia DataPress Multimedia y del portal argentino Periodismo.com. Es autor con Jorge Bernárdez de dos libros sobre periodismo y medios: «Ni yanquis ni marxistas, humoristas» (Editorial de Belgrano) y «La Rebeldía Pop» (Planeta). En 1997 publican la primera novela argentina en Internet, «Vida de Averchenko». Como director de la agencia DataPress Multimedia ha realizado desde 1994 trabajos periodísticos especialmente orientados a gráfica impresa e Internet.
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