miércoles 11 de diciembre de 2024
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El zika contra el cáncer de próstata: un estudio sugiere su efectividad, aunque existen riesgos asociados

En estudios preclínicos, el virus del Zika mostró capacidad para inhibir la proliferación del cáncer de próstata, lo que sugiere una potencial aplicación en el tratamiento de esta enfermedad.

Con todo, en el marco de una nueva investigación realizada en la Universidad de Campinas (Unicamp), en el estado de São Paulo, Brasil, quedó demostrado que el virus puede disparar un proceso inflamatorio persistente en las células epiteliales sanas, con efectos perjudiciales sobre el sistema reproductor masculino. En el referido trabajo, se analizaron los efectos del patógeno sobre dos tipos de células (tumorales y sanas). Y los resultados se dieron a conocer en el Journal of Proteome Research.

Tras el brote de infecciones causadas por el virus del Zika en Brasil, en el año 2015, investigadores de la Unicamp encabezados por el profesor Rodrigo Ramos Catharino empezaron a estudiar sus efectos en diversos tipos de biofluidos, lo que incluyó a la saliva, el suero y el semen, amén de investigar el potencial de las células de la próstata como reservorio viral. En 2019, los científicos descubrieron que el virus inactivo tiene una acción directa no solamente en el tratamiento de tumores neurales como los glioblastomas, sino también en el cáncer de próstata.

Si bien otros estudios ya apuntaban que tanto las células epiteliales sanas de la próstata como las de adenocarcinomas de próstata humanos son favorables a la replicación del virus del Zika, se hacían necesarias nuevas investigaciones, a los efectos de evaluar los mecanismos y las consecuencias de la infección persistente que el virus provoca en el metabolismo celular.

“Optamos por comparar ambos tipos de fenotipos, el tumoral y el normal, dado que en los casos de cáncer, los dos estarían presentes en la próstata, y necesitábamos saber efectivamente cuán perjudicial podría ser una infección”, explica Jeany Delafiori, primera autora del estudio y en la actualidad asistente de investigación en el European Laboratory of Molecular Biology (EMBL), en Alemania.

En este estudio, que contó con el apoyo de la FAPESP, se emplearon por primera vez modelos in vitro con células de la próstata con el objetivo de realizar un ensayo metabolómico, es decir, un análisis del conjunto de productos del metabolismo de la infección causada por el virus del Zika. Se extrajeron las células infectadas –tanto las de carcinomas (PC-3) como las normales (PNT1a)–, se las ionizó y se las infundió en un espectrómetro de masas de alta resolución. Este aparato permite determinar con precisión las masas de las sustancias químicas, y con ello su estructura. Los datos se analizaron en tres tiempos distintos de exposición (5, 10 y 15 días después de la infección), mediante análisis estadísticos.

“Observamos los efectos en las células PC-3 durante los primeros cinco días, lo que corroboró hallazgos anteriores que apuntaban el carácter anticáncer”, dice Delafiori, quien pone de relieve las alteraciones lipídicas antiproliferativas. La muerte de esas células fue progresiva durante los tres tiempos de exposición.

“Los resultados obtenidos confirman la factibilidad de un posible tratamiento del cáncer de próstata”, refuerza Ramos Catharino.

En tanto, en las células PNT1a, la infección derivó en alteraciones significativas en el metabolismo, especialmente en los glicerolípidos, los ácidos grasos y las acilcarnitinas en el transcurso de la infección prolongada.

De acuerdo con los investigadores, esta infección puede estar relacionada con el aumento de los metabolitos de estrés oxidativo, tales como la ditirosina, la aminotirosina y la hidroxiguanosina, que están asociados a la carcinogénesis. Es decir, el tratamiento a largo plazo podría ocasionar el propio cáncer de próstata nuevamente. Y al perdurar la infección, las células afrontarían un mayor estrés todavía, lo que podría agravar la malignidad.

Estudios adicionales

Al haberse comprobado la acción del virus en las células del cáncer de próstata, es importante ahora la concreción de estudios adicionales con miras a investigar mejor los efectos de la infección en células similares. Esto servirá para confirmar los descubrimientos y analizar más minuciosamente su metabolismo y su replicación.

Los científicos consideraron positivamente el conocimiento de los efectos posiblemente carcinogénicos del virus del Zika en las células epiteliales sanas de la próstata, algo que a primera vista podría indicar un revés.

“Todos estos interrogantes deben plantearse y así se lo hizo, fundamentalmente durante esta etapa de pruebas, para que los pacientes que opten por tratamientos de esta índole en el futuro puedan contar con toda la información necesaria”, dice Ramos Catharino.

Julia Moióli

Vía

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