La isla francesa de Reunión, ubicada frente a Madagascar, cuenta con paisajes paradisiacos y playas espectaculares, ideales para la práctica del surf. Pero la práctica de este deporte fue prohibida en muchas zonas del país, tras una serie de ataques de tiburones.
Se trata de un serio problema para la isla, cuya economía depende en gran parte del turismo. Así fue que nacieron los vigilantes de tiburones: personas que se encargan de monitorear el mar e intentar alejar a los peligrosos animales de las playas, para que la gente pueda surfear tranquila.
Los observadores de tiburones de Isla Reunión, también conocidos como Vigies Requins, llevan trabajando desde 2015. Los vigías trabajan en equipo con personas en el agua, en múltiples embarcaciones, pilotando drones en el aire y observando cámaras submarinas desde la playa para, como su nombre indica, detectar a los tiburones antes de que se aventuren demasiado cerca y desviarlos pacíficamente en otra dirección. Para ello, utilizan bastones para mantener la distancia con los tiburones y arpones como último recurso de defensa, todo ello para mantener a salvo a los surfistas.
Este equipo de veinte personas está entrenado para hacer tres cosas. Primero, observar. Los humanos, los drones y las cámaras vigilan para detectar posibles amenazas. Segundo, alertar. Con sirenas de niebla, silbatos y señales visuales, los observadores pueden alertar rápidamente a cualquiera que se encuentre en la zona de un animal peligroso. Y tercero, evacuar y rescatar. El equipo está entrenado para despejar la zona de forma segura y redirigir a los tiburones a aguas más claras, o para salvar a cualquiera que se encuentre en una situación peligrosa, si se da el caso.
El trabajo que realizan estos observadores de tiburones para defender tanto a los humanos como a los animales es de una valentía extraordinaria. En este video podemos ver en acción a la única mujer observadora de tiburones de la brigada, Nelly Guichard.
