Catarsis creativa: diseñadores convierten sus frustraciones laborales en arte

La relación entre creativos y clientes suele ser conflictiva, y las bromas al respecto abundan por ambos bandos. Por un lado tenemos al ejecutivo, con poca visión, corto de imaginación, y cuya contribución al proyecto por lo general no suma, más bien lo contrario. Por el otro tenemos a los “creativos”, un grupo de hipsters malhumorados y narcisistas, que sólo quieren engrosar su portfolio. Estos estereotipos pueden ser un poco exagerados, pero aun así, hay cierta verdad en ellos. La realidad es que la tensión se percibe en el aire cada vez que un cliente quiere “contribuir” con ideas propias al proyecto por el cual está pagando. “¿Podrías agrandar el logo?”, es la frase más escuchada en las agencias, pero cada creativo tiene sus favoritas.

El equipo irlandés formado por Mark Shanley y Paddy Treacy lanzó un proyecto que convierte los comentarios más absurdos de sus clientes en arte. El dúo les pidió a los creativos de distintas agencias (diseñadores, ilustradores animadores y directores) que escogieran su comentario de cliente favorito, y lo convirtieran en un póster. Para mostrarlos, el grupo organizó una exhibición en una galería en Dublín bajo el nombre de «SharpSuits», cuyas ganancias fueron donadas al Hospital de Niños Temple Street.

Aparentemente todos los comentarios son reales, y, en cuanto a la respuesta de los clientes “nadie ha dicho nada aún, pero suponemos que estaríamos todos despedidos si no hubiéramos dejado las fuentes como anónimas” bromeó Treacy,

Pero también hay lugar para la autocrítica, Treacy reconoce que los clientes no son los únicos complicados para tratar, “los creativos son tan malos como cualquier otro, ¡tal vez peores! Hace pocos días me encontré a mí mismo pidiéndole a un locutor que rehaga la toma porque ¡“no podía escuchar la sonrisa”!

Aquí compartimos algunos de los posters: