Miles de jóvenes en China pagan para asistir a oficinas falsas y simular que trabajan. Esta tendencia surge como respuesta a los altos niveles de desempleo juvenil, especialmente en ciudades como Beijing, donde el alquiler de espacios de oficina es relativamente barato. Las llamadas «empresas de trabajo fingido» ofrecen escritorios, conexión Wi-Fi, espacios de almuerzo y, por una tarifa adicional, tareas ficticias y simulaciones de conflictos laborales.
El fenómeno se consolidó durante 2025. En marzo, la tasa de desempleo entre personas de 16 a 24 años alcanzó el 16,5%, y entre quienes tienen entre 25 y 29 fue del 7,2%. En ese contexto, algunas personas eligen pagar entre 30 y 50 yuanes diarios (entre 4 y 7 dólares) para acudir a estas oficinas y sentirse parte del mundo laboral, aunque sin recibir ninguna remuneración a cambio.
Algunas de estas empresas también ofrecen servicios como supervisores ficticios o rebeldías de oficina actuadas, agregando una capa de realismo para quienes desean simular con mayor profundidad una experiencia de trabajo convencional. Pese a lo inusual, estas oficinas han ganado popularidad y se presentan como una alternativa social y psicológica para quienes no logran insertarse laboralmente.
Consultados por el diario El País, algunos participantes explicaron que se acercan a estos espacios por curiosidad, otros porque lo consideran más entretenido que quedarse en casa, y unos pocos como una forma de prepararse para un futuro empleo real. Para varios, el hecho de tener una rutina, vestirse como oficinistas y compartir un espacio con otros jóvenes genera una sensación de pertenencia que alivia el estrés asociado al desempleo.
El auge de estas oficinas también revela la presión cultural que enfrentan los jóvenes en China, donde el trabajo no solo es una fuente de ingresos, sino también un componente esencial del estatus y la identidad personal. En un mercado laboral competitivo y saturado de graduados, estos espacios ofrecen una ilusión de estabilidad que, para algunos, es preferible a la incertidumbre total.