Con el nuevo escándalo por las amenazas de Maxi López a Wanda Nara, circulan fuertes cuestionamientos al aviso de Pepsi, donde se los ve juntos.
Se dieron a conocer el pasado lunes 26 tres audios que forman parte del expediente judicial del divorcio de Wanda Nara y Maxi López, en los que se escucha como ella es amenazada violentamente por él. La publicación de las grabaciones fue casualmente en paralelo a que la abogada de Wanda Nara, Ana Rosenfeld, anunciara que iban a denunciar al futbolista por violencia de género.
Si Pepsi había aprovechado la situación que viven López, Nara y Mauro Icardi para convertir la picardía en publicidad, cada jugada judicial y mediática respecto al tema, deja a cada uno de ellos con menor credibilidad y asociados a sentimientos que no necesariamente son los que se buscan al vender (y comprar) productos. Si ya había sido polémica la aparición de López y Nara juntos, y sumado a eso la selección de la música («¿Y qué?», de Babasónicos), cuando se le suma el componente de las amenazas del jugador del Sampdoria y la violencia verbal que ejerce sobre la vedette, todo se hace más confuso. ¿Qué busca Pepsi con esta publicidad?
El periodista Julián Gallo exigió en Twitter que Pepsi de de baja su campaña: «¿Todavía no te diste cuenta que tu imagen es insensata y peligrosa?», le preguntaba a la marca de gasesosas.
«Mientras Pepsi hace una campaña promocional usando la controvertida relación entre Wanda Nara y Mauro Icardi, la grabación de un llamado telefónico entre Nara y su ex marido, exhibe las peligrosas emociones que enlazan esta historia», dijo. Y agregó: «Sin ningún pudor, Pepsi y sus publicitarios intentan vender más gaseosas jugando con irresponsabilidad con conflictos humanos verdaderos y dolorosos». El periodista y emprendedor compiló la publicidad con los audios de las amenazas -que circulan por internet- para ejemplificar su postura.
Según Gallo, «con la única meta de vender, Pepsi usa burlas groseras para resaltar traiciones y humillaciones cuyos efectos son de consecuencia inmedible para los protagonistas y los hijos involucrados en esta historia». Y aún más, según su mirada, «debe repudiarse con furia a Pepsi y a cualquier marca que con una concepción banal de los vínculos entre las personas, los use como activos de su comunicación promocional con indiferencia sobre los efectos reales que tienen sobre la vida actual y futura de los seres humanos involucrados».