jueves 28 de marzo de 2024
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Dale luz a tu rostro

Un buen maquillaje es aquel que hace que tu rostro se vea radiante. El secreto está en la iluminación: aplicar luz ahí (y sólo ahí) donde es necesario para provocar un efecto fresco y deslumbrante. Seguí estas recomendaciones.

¿Dónde aplicarlo?

Jamás debés aplicar el iluminador como si fuera una base o un rubor. Existen ciertas zonas del rostro donde el producto cumple su función, si lo aplicas en la medida justa. Consejo: úsalo muy de a poco, asegurándote de no pasarte de la raya en cada aplicación.

– Debajo de las cejas. Para que tus ojos luzcan más grandes, aplicá iluminador justo debajo del final de la línea de tus cejas. Conseguirás una mirada súper atractiva.

– En el lagrimal. Para disimular las ojeras y tener una mirada más fresca, además del corrector aplicá un toque de luz en los lagrimales.

– Sobre tu labio superior. Para aumentar el volumen de tus labios, con tu dedo anular aplicá una pequeña cantidad de iluminador por encima del centro de tu labio superior. El resultado será una boca más carnosa y sexy.

– En las sienes. Para provocar un efecto fresco y juvenil en tu cutis, aplicá una línea de iluminador en la zona superior externa de tus pómulos y en los extremos que se funden con las sienes. Extendela desde adentro hacia afuera con un pincel.

– A lo largo de la nariz. Aplicá una línea de iluminador a lo largo de tu nariz y esfumala con un pincel para un efecto radiante.

– En la barbilla. Un toque de iluminador en el centro del mentón le dará definición a todo tu maquillaje.

 

¿Qué productos usar?

El mercado ofrece distintas texturas para los productos iluminadores para el rostro.

– En polvo compacto. Es un producto infaltable en tu kit de cosméticos para todos los días. Utiliza distintos pinceles pala aplicarlo, según la zona de tu rostro de la que se trate. En los pómulos y la nariz utiliza un pincel con forma de abanico para esfumar el producto.

– En polvo volátil. Es el toque de distinción en un maquillaje súper producido, para una ocasión especial. Ten cuidado al aplicarlo y sé cautelosa: si te excedes, el efecto puede ser demasiado luminoso y acabaría arruinando todo tu look.

– Líquidos o en crema. Su principal ventaja es que son fáciles de aplicar. Sin embargo, pueden resultar grasosos y provocar el desagradable efecto del “rostro brilloso”. Si tu piel tiende a ser grasa, no elijas esta variante.

 

De adentro hacia afuera

Aunque los maquillajes hacen mucho por nosotras, el verdadero secreto de una piel radiante y luminosa está en la salud y el estilo de vida. Utiliza cremas hidratantes, cuídate del sol y huye de las comidas grasosas y los malos hábitos, como el cigarrillo o el alcohol. Entonces tu iluminador tendrá una tarea más que sencilla: enfatizar el brillo natural de tu piel.

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