martes 23 de abril de 2024
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La oficina flotante más grande del mundo

Los ciudadanos de la ciudad de Rotterdam, en los Países Bajos, saben bastante sobre la vida en el agua. Aproximadamente el 90% de ciudad se encuentra por debajo del nivel del mar, lo que la deja vulnerable a la subida de las aguas. Para prepararse para lo inevitable, la ciudad ha estado construyendo estacionamientos que pueden funcionar como depósitos de emergencia, parques que pueden actuar como estanques de retención, y casas que se asientan sobre bases flotantes.

Ahora, Rotterdam ha agregado otra herramienta a su kit para el cambio climático. La ciudad inauguró recientemente la oficina flotante más grande del mundo. Amarrada en el puerto de Rijnhaven, la estructura fue diseñada para subir y bajar con la marea, por lo que incluso cuando el agua sube lo suficiente como para inundar el puerto, el edificio se eleva a la vez, y no sufre daños.

El edificio de tres pisos, diseñado por la firma de arquitectura local Powerhouse Company, se extiende por 4500 metros cuadrados, y se asienta sobre una base flotante que está a unos 20 metros de distancia del continente, y es accesible a través de una pasarela flotante.

La obra alberga la sede del Centro Global de Adaptación, una organización internacional fundada en 2018 para apoyar y asesorar a países y empresas sobre el cambio climático, además de un restaurante y una terraza pública con piscina.

Su ubicación sobre el agua también ayuda a que sea más sostenible. El edificio funciona sin conexión a la red, y produce un 140% más de energía de la que utiliza. Esto es ayudado por más de 800 metros cuadrados de paneles solares en el techo, balcones colgantes que brindan sombra, y un aislamiento de lana gruesa en las paredes.

La estructura consta de dos partes: una base de hormigón flotante y un edificio de madera. La base de hormigón fue diseñada para durar unos 50 años, que es aproximadamente la vida útil promedio de una casa normal. En ese momento, la estructura de madera podría trasladarse a otra ubicación. «Podría desatornillarse todo el edificio y reconstruirse en tierra», explica de Nanne de Ru, socia fundadora de la firma de arquitectos.

El edificio de oficinas flotante de Rotterdam se basa en gran medida en el conocimiento adquirido por el país de vivir en y con el agua. Pero de Ru cree que el concepto podría funcionar en cualquier lado. «Es posible que pueda construir una estructura de este tipo en Manhattan, por ejemplo», dice. «Hay mucho conocimiento holandés en este proyecto, pero es un edificio fácil y simple, que puede construirse en cualquier parte del mundo».

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