martes 30 de abril de 2024
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8 malos hábitos que no pensamos que son nocivos

Hay malos hábitos que dejamos y otros que conservamos, a pesar de promesas, decisiones o sentimientos de culpa la mañana después. Y aún cuando no son las peores cosas que podríamos hacerle a nuestra salud, estos malos hábitos son mas importantes que «no pasa nada» y generan consecuencias a largo plazo cuando se trata de la salud y felicidad. Aquí los ocho grandes «pequeños» malos hábitos y como desprenderse de ellos de una buena vez.

Encorvarse sobre el escritorio

Cuando el jefe está respirando sobre nuestro hombro sentarnos derechos es lo último en lo que pensamos, pero hacer ese esfuerzo es importante, apunta Bill Hartman, terapista físico y uno de los dueños de Indianapolis Fitness and Sports Training. «Hay que sentarse con la cadera tan atrás en la silla como sea posible y presioná tu columna a apoyarse en el respaldo cuando notemos que nos estamos encorvando», sugiere Hartman. Además, recomienda ponerse de pie al menos una vez por hora -por ejemplo, acercarse al escritorio de un compañero de trabajo a pedirle algo en vez de enviarle un email- y periódicamente cambiar de posición en el asiento. «La mayoría de la gente tiende a pasar la mayoría de su tiempo sentada sobre su costado derecho, así que hay que cambiar de posición llevando el peso al lado izquierdo del hueso sobre el que nos sentamos», sugiere Hartman.

Zambullirse en la pizza de la oficina

Tal vez es una noche tarde en el trabajo o el cumpleaños de algún colega, pero someterse a esas comidas de «ocasiones especiales», puede destruir tu salud y tu cintura -advierte Heather Bauer, la creadora de Bestowed, un servicio de suscripción de snacks saludables- especialmente cuando esas ocasiones se repiten casi todos los días. «Lo mejor para hacer es estar preparados», dice Bauer. «Tener algo para mantener la boca ocupada y una excusa para cuando la gente pregunte por qué no nos sumamos». Meterse un chicle en la boca antes de entrar en la sala de conferencias y si alguien pregunta por qué no comemos dejarles saber que tenemos una cena de cumpleaños esa noche, por ejemplo. Además, tratar de lavarse los dientes o servirse una taza de te de menta apenas llegue el mail de «hay facturas en la sala de conferencias». El sabor a menta va a hacer que nos tentemos menos.

Son las «vino en punto» demasiado seguido

Ir al «happy hour» con los colegas de la oficina o servirnos una copa de vino tinto una vez que los niños están finalmente en la cama son permisos que nos damos con demasiada facilidad. Un estudio encontró que las personas subestiman cuánto bebieron en un 50 por ciento o más. En vez de pedir una segunda copa porque todos los demás lo hacen y usted todavía está divirtiendo, hay que pedirle al mozo unos tragos deliciosos aunque sin alcohol, sugiere Bauer. Por ejemplo, soda con un chorrito de jugo de piña, o con limón y un chorrito de jugo de pomelo. Tienen un sabor festivo y mantendrá nuestra cuenta de cócteles -y el peso- abajo.

Picar durante todo el día en lugar de sentarse para las comidas

Dos bocados de las sobras de los panqueques de nuestros hijos, una bebida azucarada de café en el camino al trabajo, una cuarta parte de una rosquilla antes de una importante reunión por la mañana, y, de repente, hemos comido al menos una cuarta parte de la asignación diaria de calorías antes de incluso sentarnos a disfrutar de una comida adecuada. Cuando estamos ocupados y estresados, picar parece más sencillo de lo que es en realidad la planificación de una comida, pero esta estrategia puede ser contraproducente cuando estamos tratando de perder o mantener el peso, dice Bauer. En su lugar, tenemos que tener un par de opciones de a dónde ir a desayunar y almorzar. No tienen que ser de lujo: Dos huevos duros, frutos rojos y tostadas de grano entero funcionan bien como un desayuno en la marcha. Para un almuerzo satisfactorio, hacer o recoger un pollo grillado o ensalada de atún light. Tener y apegarse a algunas opciones fáciles resolver, ricas en proteínas, mantendrá la sensación de saciedad, nos ayudará a consumir menos calorías, y a darle a nuestro cuerpo más nutrición que simplemente comer lo que se cruce en tu camino.

Fumar un cigarrillo «social» ocasionalmente

Lo sentimos, pero incluso un cigarrillo cada dos semanas todavía está dañando nuestra salud. Según la investigación, incluso los llamados fumadores «light» conllevan un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Y si bien el jurado aún está deliberando sobre los efectos de los cigarrillos electrónicos, los expertos coinciden en que no son el mejor intercambio, ya que los médicos todavía no saben los efectos del uso a largo plazo. Hay que deshacerse de los cigarrillos en casa o en la cartera, y dejar que nuestros amigos sepan que estamos tratando de dejar el hábito para que ni siquiera piensen en ofrecernos un cigarrillo cuando estamos fuera de la ciudad. Las investigaciones demuestran que cuanto más preparación haya para dejar de fumar, tanto por dejar que otras personas sepan del plan, como por la creación de estrategias a emplear para enfrentarnos a la tentación (tales como masticar un chicle para controlar la ansiedad) más exitosos seremos. Así que hay que diseñar un plan de juego y ser creativo. Si pedirle a nuestro colega de fumar que nos cobre $20 cada vez que le pedimos fuego hace que dejemos el hábito, ¡hay que ir a por ello!

Hacer «una cosa más» antes de apagar las luces

Claro, podemos estar haciendo algo productivo mientras se hace la medianoche, pero puede ser a expensas de cómo nos sentimos al día siguiente. La mayoría de los adultos necesitan un mínimo de ocho horas de sueño cada noche, por lo que establecer una hora de acostarse -y ajustarse a ella- es crucial, señala especialista en comportamiento del sueño Shelby Freedman Harris, de YouBeauty. ¿Todavía tenemos un billón de items en la lista de cosas por hacer? Hay que escribirlas en orden de prioridad, sugiere Harris. «Muchos de los problemas acuciantes suelen ser menos urgentes cuando los vemos en orden sobre el papel», explica. Y hay que ser honestos: ¿Cuántos items hay que hacer por la mañana a primera hora? Es probable que algunos elementos se puedan postergar a una fecha posterior o minimizados a menos tiempo. Por ejemplo, ¿nuestro hijo de primer grado realmente necesita pastelitos caseros para su fiesta en la clase? Es probable que los comprados en la panadería estén muy bien, y nuestro cuerpo apreciará la elección con la hora o dos de sueño extra.

Acurrucarse con la tablet en la cama

Ya sea viendo sólo un episodio más de «Orange is the new black» en la tablet o chequeando los mensajes de texto bajo las mantas, los dispositivos electrónicos pueden arruinar en serio nuestro horario de sueño, dice Harris. «Las pantallas emiten una luz azul, lo que reduce la cantidad de la hormona melatonina que induce el sueño en nuestro cerebro», explica Harris. Si deseamos leer o escuchar música para relajarno, usemos la vieja escuela con un libro o una revista real o escuchemos un reproductor de CD o la radio. Otro punto: «La gente piensa en el sueño como un interruptor on-off, pero es más como un regulador de intensidad», dice Harris. «El irse a dormir con un ritual de relajación, al igual que unos cuantos estiramientos o escribir en un diario, hace que sea más fácil conciliar el sueño de lo que sería si estuvieramos enviando mensajes de texto justo antes de apagar las luces».

Irse al extremo con sustitutos del azúcar

Abrir una lata de gaseosa light o devorar una bebida energética cero calorías puede sentirse como un dulce en el momento, pero no es precisamente saludable. La investigación ha encontrado que el consumo de edulcorantes artificiales pueden interferir con nuestro metabolismo, lo que podría conducir a problemas de salud, incluyendo el aumento de peso. En lugar de automáticamente agarrar una lata de cosas dulces, primero debemos asegurarnos de tener una botella de agua disponible ya que hay grandes chances de que el deseo de una bebida se deba principalmente a la deshidratación. En segundo lugar, experimentar con opciones de te, nos darán sabor y una pequeña dosis de energía, pero sin los edulcorantes artificiales.

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