Una cadena de comida rápida en Dubái acaba de sacar un producto que suena realmente muy familiar: está compuesto por dos hamburguesas, lechuga, queso, pepinos, cebolla y salsa especial.
¿Es un Big Mac? Pues no, pero las similitudes están a la vista: la campaña se llama #NotDonalds y la hamburguesa tiene el nombre de She-Mac. Y hasta la caja se parece muchísimo a la del famoso restaurante de los Arcos Dorados.
La iniciativa surgió justo en un momento en el que activistas iniciaron un boicot a McDonald’s por su postura en el conflicto entre Israel y Palestina. She Burger no hace referencia a conflictos regionales, sino que afirma que «esta campaña debe tomarse a la ligera y no pretende ofender ni compararnos con ninguna otra marca».
La marca parece más interesada en ofrecer juguetonamente una versión del Big Mac. Pero sus productos de edición limitada debutaron en medio de continuos boicots a las marcas occidentales, impulsados por la solidaridad con la población de Gaza. En las redes sociales, los clientes alaban las réplicas y, al mismo tiempo, piden a She Burger que retire a Coca-Cola de su menú, otra marca cuestionada recientemente.
El lanzamiento de #NotDonalds coincide con un descenso del 1% en los ingresos de McDonald’s relacionado con la guerra de Gaza. En particular, la caída de las ventas no se limita a los países de mayoría musulmana. En una llamada a los inversores sobre los resultados del segundo trimestre de 2024, el consejero delegado Christopher Kempczinski destacó la importante población musulmana de Francia: «Si pensamos en Oriente Próximo, el impacto que estamos viendo en Francia ha sido mayor que quizá en otros mercados debido a esa población».