El 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, John F. Kennedy recibió el discutible beneficio de quienes mueren jóvenes y se hizo leyenda como el político transformacional que no pudo terminar de hacer las buenas cosas para las que los estadounidenses lo habían elegido.
Kennedy quedó como una estatua para los estadounidenses -podría decirse que para el mundo entero- y, como suele suceder con los humanos puestos en pedestales, muy pocos saben a ciencia cierta por qué esa persona terminó allí.
vía Kennedy: ¿leyenda sobrevalorada? – BBC Mundo – Noticias.