Como la mayoría de los trabajadores creativos modernos, me paso el día en una oficina abierta. Eso significa también que me paso los días en medio de teléfonos que suenan, los tonos inquisitivos de compañeros tomando entrevistas, y, como trabajamos en un edificio un poco viejo, el golpeteo y la perforación de interminables renovaciones.
Aun así, las ideas deben salir de mi distraído cerebro. Así que me sumo a mis compañeros que llevan auriculares casi todo el día, todos los días. Y ¿qué mejor que escuchar música con auriculares? Hasta ahora, he recorrido todas las listas de reproducción «Focus» en Spotify (la mayoría de las cuales suenan como si estuviera en un antiguo planetario), y he incursionado en un género que me gusta llamar «suave, con canciones pop con sintetizador cuyas letras no tienen mucho sentido” (piensen más bien en Miike Snow en lugar de Michael Jackson).
Pero últimamente me he estado preguntando, ¿estoy sustituyendo un sonido que distrae por otro? Peor aún, existe la posibilidad de que la banda sonora constante está envenenando mi escritura, con las letras invadiendo mi cabeza y luchando con mis pensamientos. Yo intento expulsar las letras de mi cabeza, pero… ¡después de todo sigo siendo humano!
Para averiguarlo, me remití a mi espacio seguro, Google Scholar.
Contenía malas noticias para cualquiera, como yo, que cree que la música de fondo es una especie de heno especial que hace que el caballo escritor trote mejor. Resulta que lo mejor para escuchar, para la mayoría de los trabajadores de oficina, es nada.
Un estudio reciente llamado «Musica, una ayuda para la productividad” (Music, an aid to productivity), apropiadamente encontró que la música puede ser sólo eso. Sin embargo, los sujetos de estudio en ese experimento estaban trabajando en una fábrica, examinando piezas de metal sobre cintas transportadoras. El aumento en la productividad que encontraron los investigadores se dio porque la música simplemente hizo la tarea menos aburrida, y mantuvo a los trabajadores alerta.
Esto también ayuda a explicar el hallazgo de estudios posteriores que encontraron que la música ayuda a los cirujanos a mejorar su performance. «Un neurocirujano pasa gran parte de su tiempo perforando cráneos», dijo Daniel Levitin, neurólogo y autor de This Is Your Brain on Music. «En ese caso, se trata de una situación similar a la de un conductor de camiones de larga distancia. Si nada sale mal, la tarea en sí es un tanto aburrida y repetitiva, por lo que necesita algo que lo mantenga psicológicamente excitado“.
Cuando el silencio y la música se pusieron frente a frente en las pruebas cognitivamente más complejas, a los participantes les fue mejor en silencio. En un estudio de 1980, los investigadores dieron a los sujetos la opción de escuchar música alegre, ya sea suave o de su género preferido, o nada, mientras que contaban hacia atrás. Las personas que escuchaban sus melodías alegres favoritas, tuvieron el peor desempeño, y los que habían oído el silencio, lo hicieron mejor.
Cuanto más atractiva es la música, peor es para la concentración. La música con letras es terrible para las tareas verbales, dice Levitin. Se ha encontrado que la música con gran cantidad de variaciones reduce el rendimiento, incluso si la persona lo disfruta. Un documento reciente mostró que la música y el habla, en comparación con el ruido blanco, volvían a los sujetos de estudio más molestos, y perjudicaba sus puntuaciones en pruebas de memoria y de matemáticas.
El efecto de la música sobre la concentración podría ser peor para las personas mayores, o aquellos que prefieren naturalmente la tranquilidad. Un experimento tuvo a extrovertidos e introvertidos escuchando, entre otras canciones, «A New Sensation», de INXS que lo hizo más difícil para los introvertidos, pero no tanto para los extrovertidos, para memorizar las imágenes y leer un pasaje.
Otro estudio reciente de 42 niños encontró que el ruido blanco ayudó a las personas con problemas de concentración ADHD. Los autores lo atribuyeron a un concepto llamado resonancia estocástica, la idea de que los niveles más bajos que el promedio de dopamina en el cerebro de las personas con ADHD, significa que puede ser que necesiten un poco más de ruido ambiente exterior, con el fin de estabilizar sus habilidades de concentración.
Entonces, le pregunté a Levitin, si escuchar música mientras se trabaja es tan malo, ¿por qué lo hacemos? Simple: nos gusta, y no podemos decir que nos está arruinando. Como encontró un pequeño estudio reciente, las personas prefieren escuchar música en lugar del ruido de la oficina o el silencio, a pesar de que no ayuda a pensar mejor.
Si sos de los que simplemente no pueden pasar ni un día sin sus melodías favoritas, «lo mejor es tomar un descanso cada pocas horas y escuchar música durante 15 minutos», dijo Levitin (hay alguna evidencia de que escuchar música entre tareas puede aumentar el rendimiento.) Luego, volvé a tu cueva del silencio y seguí ignorando a tus colegas ruidosos.