jueves 20 de marzo de 2025
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Generalizaciones en el trabajo: el enemigo silencioso de la colaboración

Todos hacemos generalizaciones (¿Lo detectaste? ¡Acabo de hacerlo en esa frase!)

Son sesgos automáticos más comunes de lo que creemos y tienen consecuencias negativas importantes. Frases como “los ingenieros son rígidos”, “las mujeres son buenas para recursos humanos” o “los millennials no son comprometidos” reflejan una forma de pensar que puede limitar el potencial de los equipos y perpetuar sesgos inconscientes.

Desde la psicología cognitiva, las generalizaciones surgen del sesgo de generalización, que es una distorsión mental en la que extraemos conclusiones amplias a partir de datos insuficientes o experiencias limitadas. Este sesgo, además de reducir la capacidad de análisis, fomenta estereotipos y afecta la toma de decisiones en las organizaciones, desde la contratación hasta la asignación de proyectos.

Ejemplos de generalizaciones en el trabajo

Roles de género:

  • “Las mujeres son excelentes para contener a las personas.”
  • “Los hombres son más analíticos y, por eso, mejores para Finanzas.”

Generaciones:

  • “Los millennials no son leales a sus empleos.”
  • “Los baby boomers son resistentes al cambio.”

Departamentos:

  • “El equipo de marketing solo sabe pensar en ideas creativas, pero no son buenos cuidando el dinero.”
  • “Los de tecnología no entienden de negocios.”

Nacionalidades y culturas:

  • “Los asiáticos son muy ordenados.”
  • “Los latinoamericanos no son puntuales.”

Estas ideas, aunque parezcan inofensivas, limitan la diversidad, fomentan prejuicios y obstaculizan la colaboración.

3 técnicas para salir de las generalizaciones

  1. Sé específico y fáctico
  • Qué significa: Evita afirmaciones amplias y generalizaciones, y en su lugar, describe hechos concretos.
  • Cómo aplicarlo:

En lugar de decir: “Siempre entregas tarde los reportes.”

Di: “En los dos últimos meses, los reportes se entregaron 2 días después de la fecha acordada.”

>>> Beneficios: Así evitarás conflictos innecesarios y promoverás una comunicación basada en hechos verificables, no suposiciones.

  1. Enfócate en los hechos, no en las personas
  • Qué significa: Analiza las situaciones sin etiquetar a los individuos. Habla sobre el comportamiento o el resultado, no sobre la identidad de la persona.
  • Cómo aplicarlo:

En lugar de decir: “Juan siempre se equivoca porque es desorganizado.”

Di: “El último informe tuvo inconsistencias en los datos. Revisemos juntos el proceso para asegurarnos de que no se repita.”

>>> Así ayudas a promover un ambiente de trabajo más respetuoso y centrado en soluciones, reduciendo fricciones personales.

  1. Cuestiona tus propias creencias y evita absolutismos
  • Qué significa: Revisa constantemente tus propios pensamientos y el lenguaje que utilizas. Si identificas palabras como “todos”, “siempre” o “nunca”, detente y reflexiona.
  • Cómo aplicarlo:

En lugar de pensar: “Todos los diseñadores solo quieren hacer cosas bonitas sin pensar en el cliente.”

Pregunta:  ”¿Cuáles diseñadores han mostrado estas características? ¿Qué evidencia tengo para afirmarlo?”

>>> Cuestionar tus propias suposiciones fomenta la autoconciencia y elimina barreras que podrían perjudicar las relaciones laborales.

En palabras de Brené Brown: “Las historias que nos contamos a nosotros mismos pueden limitar lo que somos capaces de construir juntos.” Cambiemos nuestras narrativas internas para abrir puertas y no cerrarlas.

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