Li Yongzhi, de 48 años, es conocido como el “rey del chilli” en su pueblo natal Shawoli, en la provincia de Henan (China).
Comienza su día con un enjuague bucal de ajíes, y continua consumiendo importantes cantidades en el desayuno, almuerzo y cena.
Recientemente declaró que es amante de las comidas picantes desde niño, que el ají es su principal alimento, y que podría consumir comidas sin carne o huevos, pero nunca sin un puñado de pimientos.
La obsesión de Li con los ajíes comenzó hace 10 años. Hasta ese momento le gustaban, pero sólo consumía cantidades limitadas. Entonces su hijo tuvo un accidente y Li tuvo que hacerse cargo de los elevados gastos médicos. Casi no tenía dinero para comprar comida, y un día llegó a desmayarse del hambre mientras caminaba por una carretera.
El perder el conocimiento lo hizo darse cuenta que tenía que empezar a cuidarse mejor a sí mismo, para poder atender a su hijo.
Fue a un restaurante para pedir algo de comer, pero se habían quedado sin alimentos. En ese momento decidió comerse dos bowls de ají molido, junto con un vaso de agua de la canilla, sólo para llenar su estómago.
Se dio cuenta que no le molestaba en absoluto, y que su tolerancia a la comida picante iba mucho más allá que la de una persona normal.
Al notar que los ajíes tenían un efecto positivo en su salud Li comenzó a consumirlos a diario, llegando en estos días a superar los 2 kilos por jornada.
