En el mundo existen muchos estilos de zapatillas, pero las Disassembly Lab son uno de los más particulares. Fueron diseñadas para ser zapatillas sostenibles que priorizan la facilidad de reparación y con un diseño respetuoso con el medio ambiente.
La zapatilla comienza con una suela exterior acentuada en los laterales por una serie de nodos, que permiten mantener la parte superior en su sitio y fijarla con una goma elástica en lugar de utilizar pegamento.
Este aspecto permite desmontar fácilmente la zapatilla para sustituir cada componente según sea necesario, al tiempo que permite al usuario final personalizar el ajuste según sus preferencias.
«Los productos ya no pueden vivir solos; hay que acondicionarlos a un nuevo sistema si quieren ser más responsables. Esencialmente, Disassembly alarga la vida de un zapato, haciéndolo reparable, restaurable, reemplazable y reciclable», explica Robin Luginbuhl, el hombre detrás del diseño.
Gracias a su sistema modular y lo fácil que resulta repararlas, estas zapatillas tienen una vida útil más larga. Esto significa una menor cantidad de desechos y contaminación.
