En una oleada de atentados suicidas, más de 250 iraquíes murieron ayer en la provincia de Nínive, al norte del país. Para el ataque se emplearon cuatro camiones cisternas repletos de combustible. El objetivo era la comunidad yazidí, una minoría religiosa kurda preislámica.
Las autoridades de Tel Afar, ciudad de la provincia de Nínive, informaron de la muerte de 250 personas a raíz de la cadena de atentados, en lo que se conoce como el ataque suicida más sangriento en la región desde la caída de Sadam Hussein en 2003.
Con los hospitales desbordados, el general Nayim Abdala Yaburi explicó que los equipos de rescate todavía están excavando bajo los escombros provocados por las explosiones, por lo que se supone que el número de víctimas mortales podría seguir aumentando.
El ataque se produjo en el complejo residencial ‘Al Yazira’ y en la aldea de Qataniyah, dependientes administrativamente de la ciudad de Sinyar, en la provincia norteña de Nínive. Y según se supo, el objetivo de los cuatro conductores suicidas era la comunidad yazidí, una minoría religiosa preislámica en algún momento numerosa entre los kurdos. Los yazidíes permanecen hoy como una secta marginal, rechazada por la mayoría musulmana.
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www.lavanguardia.es/lv24h/20070814/53384528352.html
www.elpais.com/articulo/internacional/elpepuint/20070815elpepuint_1/Tes
www.elmundo.es/elmundo/2007/08/14/internacional/1187118881.html
