Las relaciones internas y externas de Pervez Musharraf se complican desde el autogolpe que el presidente pakistaní diera el sábado pasado. A los llamados a la resistencia de la oposición, se suman los reclamos del Secretario General de la ONU.
Iftikhar Chaudhry, presidente de la corte Suprema hasta la asonada de Musharraf, llamó a la resistencia. «Ha llegado la hora de alzarse contra la dictadura», dijo el jurista, un hombre respetado y con apoyo popular, quien tiene arresto domiciliario desde el autogolpe. Por lo demás, ya son más de 3500 los opositores encarcelados.
Benazir Bhutto, ex premier, dijo por su parte que no se sentará a negociar con Musharraf.
La relación de Pakistán con la ONU también empieza a enturbiarse. El embajador de Islamabad ante el organismo, Munir Akram, se quejó de que el Secretario General Ban Ki-Moon intervenga en los asuntos internos de su país. “El gobierno de Pakistán debería regresar a los procedimientos democráticos tan pronto como sea posible», había dicho Ban, despertando la crítica de Akram.
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www.clarin.com/diario/2007/11/07/elmundo/i-02001.htm
news.bbc.co.uk/low/spanish/international/newsid_7080000/7080994.stm
www.elmundo.es/elmundo/2007/11/07/internacional/1194412043.html
