Benazir Bhutto, la líder opositora paquistaní y ex primera ministra, quedó en libertad luego de permanecer algunas horas bajo arresto domiciliario por orden del presidente, el general Pervez Musharraf. La Casa Blanca criticó duramente la medida adoptada por su aliado en la región y éste respondió en consecuencia.
El sábado pasado, el presidente Pervez Musharraf decretó el estado de excepción en el país aduciendo riesgo de terrorismo en territorio paquistaní. La oposición, en cambio, asegura que la medida fue parte de un autogolpe para mantenerse en el poder.
Entre varios encarcelamientos y arrestos de opositores, el presidente ordenó que la policía cerque con alambre de púas la residencia que Benazir Bhutto, líder del Partido Popular de Pakistán (PPP), tiene en Islamabad. Según la justificación oficial, la decisión fue para salvaguardar su vida frente a un posible ataque terrorista.
Allegados a la ex primer ministra, en cambio, aseguran que la medida tuvo por objetivo evitar que Bhutto encabece una manifestación contra el estado de excepción en la vecina población de Rawalpindi.
A poco de conocerse la detención de la ex-primer ministro, la Casa Blanca pidió su inmediata liberación. Pakistán fue el principal aliado de Estados Unidos en su invasión a Afganistán en 2001.
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