A punto de entrar en una inocultable espiral recesiva, el gobierno de los Estados Unidos debió salir el viernes a anunciar una serie de medidas urgentes con miras a reactivar su economía antes que le llegue el colapso. En tanto, Argentina se prepara para lo que podría ser un contagio generalizado en los mercados.
Es sabido que hasta que China se despegue definitivamente como gran y única superpotencia económica, el mundo entero depende del motor que es la economía norteamericana. Por eso los nubarrones en ciernes sobre Nueva York y los números de su economía generan dudas hacia el resto de los países.
En particular los emergentes. Una recesión norteamericana cerraría la mayoría de las economías y dejaría a los países exportadores sin mercados (y al mismo tiempo sin divisas con los que comprar a otros países).
Por estos tiempos, Argentina está aprovechando una particular bonanza económica basada en los altos precios internacionales de las materias primas que exporta. Así es como el ministro de economía, Martín Lousteau, salió a anunciar ayer que el excedente fiscal de 2007 ascendió a 25.670 millones de pesos, lo que representa un 3,2 por ciento del Producto Bruto y supera levemente la meta del Presupuesto.
Sin dudas son buenos números, pero la preocupación de los analistas pasa ahora por saber si el modelo económico sólo aprovecha las circunstancias o si tiene una solidez de base que le permita superar aún un posible efecto contagio. Por lo menos, a los últimos temblores de mercados mundiales registrados esta semana, Argentina los pasó indemnes. Claro también que lo poco que se comercializa en el Merval no la hace a ésta una plaza de referencia para saber qué va a pasar en el futro.
Desde el gobierno afirman que la economía está sólida. Desde el empresariado se duda. Y desde el equipo económico de Martín Lousteau explican que están trabajando para asegurar que se va a seguir creciendo sin importar lo que suceda afuera.
Más información
www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-97741-2008-01-20.html
www.lanacion.com.ar/980336
www.clarin.com/diario/2008/01/20/elmundo/i-02401.htm
