La única central eléctrica de la Franja de Gaza cerró anoche a raíz del bloqueo impuesto por Israel, dejando a oscuras al millón y medio de palestinos que allí habitan. Esto genera preocupación por la crisis humanitaria que podría producir.
«Tendremos que elegir entre cortar la luz de la maternidad o de los pacientes quirúrgicos”, graficó un funcionario del Ministerio de Salud palestino, para dar a entender lo que allí se vive. Los negocios y la estaciones de servicio también han quedado fuera de funcionamiento. Si al bloqueo israelí también se suma el posible corte en el suministro de combustible, la situación podría tornarse desesperante: un 80 por ciento de la población de Gaza vive de la ayuda humanitaria internacional.
En Israel, se relativiza la situación de Gaza. «Si cierran no es porque no haya combustible, sino porque quieren crear la impresión de una crisis», afirmó el vocero de Ministerio de Defensa israelí. Por su parte, desde la cancillería estimaron que, “si dejan de lanzar cohetes, todo volverá a la normalidad».
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